Cigüeña sin invitación

A la joven Ana Liet le llegó la maternidad con 13 años. / YASSET LLERENA

La alta fecundidad entre adolescentes constituye un desafío significativo en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, afectando a países de todo el mundo, incluido Cuba. La intersectorialidad se convierte, aquí, en una herramienta clave para implementar normativas que respondan a esa realidad. En este contexto, la colaboración entre padres, escuelas y comunidades se vuelve tríada esencial, complementada por la Ley 156/2022 (Código de las Familias) y un conjunto de medidas transversales destinadas a reducir la fecundidad en mujeres menores de 20 años

Por./ IRENE IZQUIERDO y TANIA RENDÓN


Preferiría contar esta historia de otra manera y me sobran los motivos para quejarme de alguna travesura propia de la edad, pero hoy la protagonista tiene 13 años y cursa el octavo grado. No es una niña de Centroamérica ni del sur del continente; sino cubana y vive en Campo Florido, en La Habana.

Ana Liet Cid Chacón me mira con una mezcla de emoción y duda. Mientras habla, me doy cuenta de que aún no comprende la responsabilidad adquirida. Su vientre alberga un pequeño de más de 33 semanas de gestación.

La inocencia en su mirada contrasta con la realidad que enfrenta. En las palabras sospecho la lucha interna: niñez vs. maternidad. ¿Su testimonio? Solo un reflejo de la vida de jóvenes a las cuales, como a ella, se les han desdibujado las fronteras del pasado y, esencialmente, del futuro.

Aquellos adolescentes, pues el padre del bebé tiene apenas 13 años, sucumbieron a la intensidad que acompaña la etapa del descubrimiento. Lo demás queda en el ámbito de la imaginación. Fue una noche, tan larga, que las repercusiones durarán para siempre.

La consumación del acto sexual conlleva riesgos. En la pubertad, y sin la debida preparación, esa experiencia no puede permanecer oculta; los padres, entonces, se convierten en cobija, brújula y confesionario con el fin de ser partícipes, también, de los sentimientos de sus hijos.  

“Esto es lo que se siente ser mayor”, pensaría –quizás– Ana Liet ante la calidez del abrazo y la dulzura de un beso. Meses atrás, entre la rutina escolar, los juegos en el aula, las clases… algo había cambiado. La falta de su menstruación se transformó en una pregunta que la atormentaba en silencio. “No pasa nada”, se repetía, en tanto el miedo comenzaba a calar hondo.

La situación revela un contexto inquietante, respaldada por las palabras de numerosos investigadores: “Se mantiene una percepción errónea de las consecuencias asociadas a las prácticas sexuales sin protección”.

En un mundo donde el deseo y la curiosidad a menudo superan la conciencia, las jóvenes se ven atrapadas por el impulso de explorar su sexualidad y la falta de información adecuada. Existen disímiles relatos que así lo demuestran; además del embarazo, muchas han contraído VIH, sífilis, gonorrea, papiloma humano y otras enfermedades.

Maternar precozmente, en muchos casos, frena las posibilidades de desarrollo de la mamá adolescente. / granma.cu.

La desconexión de la experiencia vivida y el conocimiento necesario para manejarla apropiadamente perpetúa un ciclo de riesgos en los cuales varias adolescentes sufren en soledad. A causa del silencio y de su desarreglo menstrual, la condición de Ana Liet pasó desapercibida hasta las casi 20 semanas de gestación.

Es una de las cinco muchachas que se encuentran en ese estado en el policlínico Andrés Abelino Gallo Portieles. La única enfermera en Cuba al frente de un centro de salud, Milagros Laudelina Iglesias Ramírez, comparte su experiencia. Por protocolo, estos casos tiene criterio de ingreso en el hogar materno, pero la familia considera mejor su permanencia en casa, debido a la comodidad: igualmente recibe la atención médica, con todas las pruebas de rigor.

Ana Liet representa las decisiones que no pocas afrontan en su viaje hacia la adultez. ¡Por fortuna, en ese hogar se percibe el empeño por lograr la continuidad de sus estudios! En ello va a colaborar toda la familia, en especial, los abuelos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el embarazo precoz desde la pubertad –comienzo de la edad fértil– y el final de esta etapa, la cual se establece en los 19 años.

Números en rojo

Infografía: Tania Rendón

La doctora Katherine Chibás Pérez, jefa del Departamento Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública (Minsap), señaló que constituye un reto social para Cuba y el mundo. “Cada vez más jóvenes inician anticipadamente las relaciones sexuales”, comentó.

El asunto trasciende el ámbito sexual; abarca cómo convivir, comportarse y aceptarse a sí mismos en un contexto de cambios. También incluye el respeto por la diversidad, la igualdad y la equidad, además de la información acerca de la protección sexual.

En Cuba, la tasa nacional de embarazos en adolescentes ha ido incrementándose. Por ejemplo, el año 2022 registró 17.9 por ciento; en 2023, la cifra subió a 19; y en 2024, al cierre de agosto, se estima su ascenso en un 20 por ciento.

Del mismo modo, los datos se asocian con inestabilidad emocional, debido a las repercusiones sociales a corto, mediano y largo plazos en la gestante, pues la maternidad precoz frecuentemente conlleva al abandono o la postergación de estudios. Asimismo, ante el fracaso de una relación, un sinnúmero de mujeres optan por buscar una nueva pareja, con el deseo de encontrar estabilidad. No obstante, esta “esperanza” rara vez se materializa, y ello dificulta su regreso a las aulas.

El impacto se siente. La posibilidad de que esa hija, nacida de una niña, se convierta posteriormente en madre adolescente tiene cartas a su favor: las historias se muerden la cola.

Padres ¡presentes!

La doctora en Ciencias Psicológicas y máster en Sexología, Natividad Guerrero Borrego, se ha dedicado a ahondar el tema en el Centro de Estudios de la Juventud. Comparte a BOHEMIA: “Uno de los problemas que despunta es que los jóvenes se centran en las relaciones coitales cuando piensan en la sexualidad”.

La experta subraya la urgencia de recuperar un aspecto fundamental en las escuelas: la entrega de bibliografía científica básica. “Hoy afrontamos el desafío del embarazo en menores de 20 años y una gama de nuevas realidades: la pornografía en las redes, el sexting, el acoso y el ciberacoso”, dijo Guerrero Borrego.

En un universo en constante evolución, los padres se hallan desorientados o creen que la responsabilidad recae en otros, y también deben sumarse a este proceso.

La falta de comunicación en la familia se erige barrera para que los adolescentes tengan la libertad de hablar de sus dudas y preocupaciones; intercambio crucial si se pretende la toma de decisiones acertadas en su intimidad.

Mientras acomoda la canastilla de Mateo Alejandro, Ana Liet tiene algo importante que compartir. La habitación, llena de pequeñas prendas, suaves y coloridas, contrastan con su condición. A un lado, los libros de la escuela se apilan; el cansancio se ha convertido en compañero leal y, sin darse cuenta, atribuye ese agotamiento al simple hecho de caminar, ignorando el peso de su abultado vientre.

Jóvenes y sexualidad, ¿para hablar en familia? / redsemlac-cuba.net

Ellas ¿culpables?

De reposo, el vacío que deja la ausencia del padre del bebé se hace palpable, aunque no lo exprese en alta voz. Su relación se rompió: tal vez sea porque la situación supera con creces a dos niños aún o porque él sostenga que la culpa sea de ella, una creencia que parece estar grabada a fuego en la sociedad, como si la creación de una vida no fuera un acto compartido.

A pesar de la transformación constante de su cuerpo, mantiene la chispa al conversar. Con un brillo nostálgico menciona el deseo de cursar Medicina Veterinaria. “Me gustan mucho los animales”, dice al acariciar a Kiti, la gata que acaba de parir cinco gaticos, y señala a Pepe, el perro.

Si el camino se cierra, su plan B es convertirse en enfermera; la elección la pronuncia en un tono casi susurrante, con la impresión de que las palabras cargan el peso de un anhelo lejano.

Ser madre, con 13 años, es un compromiso que, contando con el apoyo incondicional de la familia, recaerá principalmente en sus hombros. Ana Liet lo presiente.

En el actual calendario, funcionarios de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) en la región sostuvieron un espacio de conversación con estudiantes de secundaria básica y preuniversitario de Arroyo Naranjo.

Al interrogar acerca de la responsabilidad en el embarazo de una niña, gran parte de las respuestas apuntaron hacia ellas. Otros acusaron a los padres de no haberlas educado ni protegido. Solo una voz, entre tantas, mencionó que el hombre tenía su parte de culpa, lo que confirma la brecha de género existente en el ámbito social de nuestra Cuba.

“Nos espera un arduo trabajo”, advierte la especialista Chibás Pérez al resaltar el rol de la familia en la educación de los hijos; no obstante, reconoce la inestabilidad en el acceso a métodos anticonceptivos, especialmente condones.

Los fondos de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y de Población (Unfpa) han brindado un apoyo en el suministro de preservativos, pero se destinan a poblaciones más vulnerables, bien identificadas, por lo que la cobertura continúa siendo limitada, además de ser un recurso importado.

Infografía: Tania Rendón

Respetando las infancias

Desde el punto de vista demográfico, el embarazo en menores representa la mayor desarticulación en la fecundidad cubana, lo que se manifiesta en una baja tasa global, en tanto la norma específica en adolescente supera lo esperado y deseado.

Entre las provincias más afectadas figuran Las Tunas, Holguín, Granma, así como el Municipio Especial Isla de la Juventud, si bien el fenómeno ha comenzado a extenderse a Camagüey, Ciego de Ávila y Santiago de Cuba.

En las áreas rurales se localizan los índices más altos en comparación con las zonas urbanas; en las causas se incluyen la normalización de las uniones entre menores y adultos, corroborado con los datos de la Encuesta Nacional de Fecundidad (ENF-2022).

Al consultarse el documento se aprecia que, en el rango de 15-19 años, un 28.6 por ciento estaba casada o en unión, y un 17 por ciento se encontraba con una pareja que le sobrepasaba en 10 o más años de edad.

Con la implementación de la Ley 156/2022 (Código de las Familias) se espera el conocimiento de lo que hasta hace poco no se consideraba delito, pero ahora lo es; la capacidad para contraer matrimonio se alcanza a los 18 años.

La educación integral de la sexualidad contribuye a que los estudiantes adquieran capacidades y herramientas para ejercer plenamente sus derechos sexuales y reproductivos. / cuba.unfpa.org

Mejor sin tabú

La conversación sobre sexo y métodos de protección raramente forma parte de la cotidianidad.

“Los jóvenes no se sienten bien preguntando a sus padres; en cambio, recurren a sus compañeros de clase, que por generalidad carecen del conocimiento necesario”, apuntó Chibás Pérez.

También buscan contenidos en Internet, donde, a causa de la abundancia de datos, no logran discernir lo correcto sin una real orientación. “Es fundamental mejorar nuestra forma de promoción, utilizando canales efectivos y un lenguaje atractivo que les ayude a comprender”, comentó.

En aras de reducir esas estadísticas, Salud Pública ha introducido un plan de medidas. Ahora, cualquier menor en busca de consejo puede ser atendido sin tener que estar acompañado por alguno de los padres. “Hemos transformado la atención; además de una consulta, constituye un espacio donde se escucha y evalúa la situación de cada persona. En el caso de las menores se negociará sobre cómo informar a la familia, enfatizando la importancia de hacerlo de manera transparente”, explicó.

En la política del Minsap se estableció que quien asista embarazada o con una Infección de Transmisión Sexual será reportada a la Dirección de Menores, del Ministerio del Interior, y la Fiscalía.

“No sorprende ver a una niña de 13 años embarazada”, indicó con tristeza Chibás Pérez.

Todas aquellas que se sientan en un pupitre, con la mirada llena de sueños, merecen vivir su sexualidad desde el consentimiento y el respeto, donde las preguntas, con sus respuestas, derriben silencios, abran senderos de confianza y empoderamiento.




Cuando la adolescencia se vuelve madre, asumir la crianza de los bebés no es un lecho de rosas. Muchos deben de contribuir a la preparación de esas niñas y jóvenes para enfrentar, lo mejor posible, el peso dejado por la cigüeña

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2 comentarios

  1. Al parecer no hay muertes en estas, estadísticas. ¡Si hay muertes! Vale la pena decirlas. ¿Cuáles las secuelas psicológico afectivas?
    Ojo, no parece que esta situación sea atribuible al bloqueo. Algo grave debe estar pasando en Cuba que todavía no se denuncia. ¿Dónde están los dirigentes?

  2. No hay un ámbito de la vida de la población cubana en que no tenga que ver el bloqueo del gobierno de los EE. UU. hacia Cuba. Influye absolutamente ¡en todo! Y esta es una de las razones para las que está hecho, para que algunas personas hagan responsable al Estado también del embarazo en la adolescencia y exploten las faltas de conocimiento de otras personas sobre esta y otras cuestiones.

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