El fracaso electoral y el escándalo $LIBRA acorralan a Milei. Busca respaldo en EE.UU., en un encuentro clave con Donald Trump
La derrota electoral sufrida por Javier Milei el domingo 8 de septiembre en las legislativas de Buenos Aires abrió un nuevo capítulo en la crisis de un gobierno que se prometió disruptivo y terminó atrapado en las viejas redes del poder y la corrupción.
El fracaso, que lo distanció por más de 13 puntos de Fuerza Patria, fue reconocido con palabras de resignación: “Hoy hemos tenido una clara derrota […] hemos tenido un revés electoral y hay que aceptarlo”. Sin embargo, fiel a su retórica, aclaró: “no se retrocede ni un milímetro” en el ajuste ni en el rumbo económico.
La trama de corrupción que golpea a los Milei
A la fragilidad política se suma un frente judicial explosivo. El juez federal Ariel Lijo ordenó unificar la causa por la estafa con la criptomoneda $Libra con las denuncias de dádivas y coimas que salpican a Karina Milei, secretaria general de la presidencia y hermana del mandatario.
La maniobra con el token dejó pérdidas a más de 40 000 ahorristas y permitió a un reducido grupo embolsar unos 100 millones de dólares, en operaciones que involucran a financistas extranjeros, tal es el caso de Hayden Mark Davis y Julian Peh, ambos cercanos al libertario.
La conexión con otras causas refuerza la hipótesis de un esquema aceitado de corrupción en el entorno presidencial. La comisión investigadora de diputados ya había pedido interpelar a Karina y las denuncias también señalan contratos irregulares de la Agencia Nacional de Discapacidad, donde tres por ciento de las coimas pudo haber ido directamente a las arcas del círculo íntimo de los Milei.
El escándalo llega en paralelo al rechazo del Congreso a los vetos del gobernante a leyes de financiamiento universitario y de emergencia pediátrica. Con más de dos tercios de los votos, la Cámara de Diputados dejó en claro que el oficialismo ya no controla la lapicera del ajuste.
El golpe político fue lapidario: la derrota electoral en Buenos Aires coincidió con la pérdida de respaldo parlamentario, dejando al gobierno en una soledad que ni los gobernadores aliados están dispuestos a disimular.
La escena se agrava con un riesgo país en alza, reservas del Banco Central en caída y una economía en recesión profunda. Aun así, Milei insiste en que su modelo “ha sacado de la pobreza a 12 millones de personas”, una afirmación desconectada de la realidad de una nación donde tres de cada cuatro hogares tienen dificultades económicas para llegar a fin de mes.
La apuesta externa

En este contexto, Milei busca oxígeno en el exterior y Donald Trump le tiende su “mano amiga”. Trump lo recibió el martes 23 de septiembre en el marco de la Asamblea General de la ONU. La idea de la Casa Blanca es apoyar con dinero contante y sonante al argentino para que llegue en mejor forma a las elecciones legislativas del 26 de octubre próximo. Una derrota sería devastadora y echaría por tierra cualquier posibilidad de reelección del presidente en 2027.
En un mensaje en su red social Truth, Trump describió “al muy respetado presidente de Argentina, Javier Milei”, como “un líder verdaderamente fantástico y poderoso para el gran pueblo de Argentina”, que ha avanzado “en todos los niveles a una velocidad récord”. También le ofreció “un completo y total respaldo” en su “reelección como presidente”. Dios los cría.
En una foto difundida en la cuenta X de Milei, se les ve posando, el anfitrión sonriente y Milei sosteniendo la impresión del Truth que Trump acababa de dedicarle. Por todo texto, el post dice: “¡VIVA LA LIBERTAD, CARAJO!”, eslogan favorito del argentino.
La ayuda de EE.UU. es el resultado del alineamiento sin condiciones que Milei ha ofrecido al jefe de la Casa Blanca desde que llegó al poder, en diciembre de 2023. El argentino ha viajado una docena de veces a ese país, arropado por la extrema derecha trumpista.
La Casa Rosada presentó el encuentro como un gesto de “fortalecimiento de la relación bilateral” y un intento de asegurar respaldo financiero en momentos en que Argentina debe enfrentar vencimientos por más de 8 500 millones de dólares.
La apuesta resulta clara: la foto con Trump y las conversaciones con el Tesoro estadounidense se convierten en el salvavidas simbólico de un presidente que perdió base social y confianza de los mercados. Sin embargo, ese recurso expone la precariedad del proyecto de un mandatario que viaja a pedir legitimidad externa mientras su país estalla en las calles con protestas por educación, salud y salarios.
Sin salida visible
El “entramado Milei” combina derrota política, sospechas judiciales y dependencia externa. La conjunción de estos factores lo coloca en un callejón cada vez más estrecho. La justicia argentina ya dejó de blindarlo con la eficacia que acompañó a otros gobiernos neoliberales y los propios aliados económicos empiezan a tomar distancia.
La paradoja es evidente: Milei llegó prometiendo dinamitar a “la casta” y terminar con los privilegios. Hoy, su apellido aparece asociado a maniobras de corrupción, especulación con criptomonedas y favores a empresarios extranjeros. Como suele advertir la historia latinoamericana, los experimentos que nacen de la demagogia ultraderechista y el culto a la figura personal se desmoronan cuando la realidad golpea.
El viaje a Nueva York le dio al argentino la foto necesaria. Pero no podrá ocultar que, mientras posa junto a Trump, en su país se profundiza la sensación de que el gobierno libertario está en decadencia acelerada y su tiempo político empieza a agotarse.


















