Aunque es un hecho relativamente poco divulgado, Cuba y China despliegan solidaridad mutua en la salud pública
Cuando se habla de medicina tradicional china enseguida viene a la mente la imagen de las “agujitas”, en veneración a la reina de la acupuntura. Se desconoce la totalidad de una milenaria disciplina médica, asumida como un completo sistema, que insiste en la existencia de una energía, qi –se pronuncia chi–, fluyendo por todo el cuerpo a través de vías llamadas meridianos. Al producirse un desequilibro de las fuerzas opuestas y complementarias del Qi, o sea, el yin y el yang, el cuerpo enferma.
El sitio web de la prestigiosa universidad estadounidense Johns Hopkins le dedica un espacio: “Los antiguos chinos creían que los humanos son microcosmos del universo circundante, interconectados con la naturaleza y sujetos a sus fuerzas. El equilibrio entre la salud y la enfermedad es un concepto clave. La medicina tradicional china busca restablecer este equilibrio mediante tratamientos específicos para cada individuo”.
Pero la salud en la República Popular China (RPCH) no está anclada únicamente en ese incuestionable saber, que en el siglo XVI introdujo la comúnmente conocida medicina occidental. Sin embargo, fue la revolución socialista de 1949 la que fusionó sabiamente ambas escuelas.
La propia y la llegada desde el exterior de nuevas teorías, principios terapéuticos, tecnologías…
Ese arsenal de herramientas es el mismo propiciatorio de una cobertura médica a más de 1 300 millones de personas en el gigante asiático. Un despacho noticioso de Prensa Latina (PL) daba cuenta de numerosas evoluciones: informes gubernamentales señalaron avances en la producción de fármacos y equipos médicos en el campo de la investigación, y de esta forma acortar brechas con otros países; desarrollo de tratamientos innovadores, como el esquema terapéutico de la leucemia aguda; y fomento de la medicina tradicional, al establecer más de 4 000 centros dedicados a ese campo.
También la fuente periodística se refería a varias características que refuerzan el objetivo de este comentario. El sistema chino de salud pública, al evolucionar de manera integral, ha permitido al 90 por ciento de las familias el acceso a un centro médico en menos de 15 minutos. Asimismo, la RPCH ha reforzado la atención escalonada, donde ninguna comunidad rural ha quedado al margen de los cuidados, tanto de la medicina tradicional como de la occidental. Y es aquí donde entra Cuba.

Galeno caribeño en el este chino
La publicidad promociona a la provincia en el este chino,Anhui, debido a las permanentes nubes bajas en juego con los picos de los montes Huangshan. Desde allí bajan senderos y teleféricos, haciendo más agradable la estadía del visitante. Uno de ellos proviene de Cuba: Pedro Castro, doctor experto en problemas oculares. Él se integra a un grupo de 30 galenos de nuestro país que, a partir de 2011, se desempeñan en zonas rurales, específicamente en Anhui, donde se ha creado el Hospital Oftalmológico China-Cuba, adjunto al Hospital Popular Provincial No. 2.
La embajada de Beijing en La Habana compartió con la prensa cubana sobre tan altruista entrega. Lo hace mientras los Estados Unidos despliegan infructuosas campañas difamatorias sobre la colaboración médica cubana en el mundo. La agencia Xinhua,en nota reciente,indica: “Frente a una clínica móvil rural en el condado de Changfeng, provincia oriental china de Anhui, los aldeanos ya hacían fila para la consulta oftalmológica gratuita de médicos chinos y cubanos, una tradición que se viene manteniendo durante más de una década. A lo largo de los años, la influencia de la cooperación entre China y Cuba en hospitales rurales se ha extendido mucho más allá de la atención médica, fomentando los intercambios interpersonales y profundizando los lazos bilaterales”.
Este hermanamiento no solo demuestra la modestia de la China socialista, habida cuenta sus antiguas habilidades de curación, sino, además, certifica en el terreno el gran desarrollo de la medicina de la Cuba socialista, muy particularmente en la oftalmología. Sobre Pedro Castro, Xinhua asegura que es una figura muy querida entre colegas y pacientes, “quienes lo llaman cariñosamente Dr. P”.

Especialista en oftalmología pediátrica, este galeno tiene muchísimas historias de amor y unidad. Las más lindas sin dudas son esas de los pequeños pacientes y sus familiares. “Durante las revisiones suele utilizar peluches para calmar a los niños nerviosos. Su cálida sonrisa tranquiliza mientras realiza revisiones oculares precisas con delicadeza y profesionalidad”, comenta un padre.
En marzo de 2025, el Dr. P dijo adiós. La sensibilidad al trabajar, más la entrega diaria, será recordada. A Xinhua enfatizó: “Mis colegas y yo estamos muy contentos de ayudar al pueblo chino. Todo ha sido maravilloso”. Por otra parte, la oftalmóloga asistente de Castro, Zhang Huiwen, le dio en agradecimiento un fuerte abrazo y un ramo de flores, y también manifestó gratitud hacia Cuba al haberle otorgado una beca. Algo que nunca olvidará.
En increíble coincidencia, Pedro Castro fue profesor de Zhang; años después, hombro con hombro, han diagnosticado a cientos de infantes; trabajando juntos es posible superar cualquier desafío, tal lo reafirmó, en abril, el titular cubano del ramo, José Angel Portal Miranda, en la Convención Internacional de Salud de Cuba.
China es un socio estratégico en dicho sector, de intercambios científicos y técnicos; es uno de los principales proveedores de medicamentos e insumos biofarmacéuticos, donante de literatura y líder en adiestramientos de técnicas de medicina tradicional: ¡Quizá de ahí la fijación en el imaginario popular criollo con las “agujitas”!
Hoy en día, mientras algunos asesinan directamente o son cómplices indirectos del genocidio de niños y de enfermos en la Gaza palestina, China y Cuba cumplen principios enseñados por Fidel, quien, en Buenos Aires, en mayo de 2003, recalcó: “Nuestro país no lanza bombas contra otros pueblos, ni manda miles de aviones a bombardear ciudades; nuestro país no posee armas nucleares, ni armas químicas, ni armas biológicas. Las decenas de miles de científicos y médicos con que cuenta nuestro país han sido educados en la idea de salvar vidas”.

2 comentarios
Me encantó. Se agradece este trabajo y toda la información contextual que aporta acerca de la conjunción de la milenaria sabiduría médica oriental y la ciencia occidental. No conocía la colaboración de médicos cubanos en China, de lo que ahora me siento orgulloso de ese nuestro Dr. P, Y también de su trabajo con la doctora Zhang. Es más publicitada la colaboración en la industria biotecnológica y famacéutica, de gran importancia estratégica, pero este detalle humano de los oftalmólogos me conmueve. Honor para quienes compartimos médicos y condena para quienes lanzan bombas..
Admiramos a la RP China, por su gran desarrollo y liderazgo mundial, aliado decisivo de mutuo apoyo sobresaliente en medicina con el anónimo ejemplo
internacionalista magistralmente revelado