Edificios familiares, sedes de televisión, centros científicos y hasta complejos nucleares son blancos de Israel en Irán. Tel Aviv desata otro conflicto regional, con serios peligros para la paz mundial
Bohemia viene denunciando metódicamente la impunidad de Israel, al estar de hecho por encima del derecho internacional. La población palestina no le sacia en su voracidad colonial, pues hace mucho tiempo decidió imponerse en una región donde para lograrlo debe doblegar a la República Islámica de Irán, de la cual le molesta el antimperialismo, la solidaridad con varios pueblos árabes siendo ella persa y el impulsar un proyecto propio.
Comparar al régimen sionista con un llanero solitario es faltar a la responsabilidad histórica, porque al margen de que ahora fuera Benjamín Netanyahu quien diera la orden de atacar a Teherán o a Gaza, la realidad nos coloca ante un Israel con el sistemático apoyo de Estados Unidos y con ese Occidente de la OTAN, tan parapetados convenientemente en el respeto a los derechos humanos y a la democracia. En tiempos de definiciones cruciales, ni uno ni el otro abandonan al aliado guerrerista.
Cuando nos referimos al asesinato en Iraq del general Soleimani, líder de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, señalamos: “Los Estados Unidos tal vez esté buscando desestabilizar a los iraníes por su intransigente antimperialismo, pero sobre todo por sus actuales alianzas con China y Rusia, en ese reacomodamiento del sur global que tiene en los BRICS un paradigma mejor que el liberalismo occidental (…)”.

También analizamos: “A las autoridades estadounidenses e israelíes le son asimismo antipáticas las relaciones logradas entre Irán y Arabia Saudita, gracias a la oportuna intervención diplomática de Beijing, lo cual ha cambiado las reglas del juego del hasta ahora un Oriente Medio sumiso al poder imperial más grande de la Historia. Las cosas, sin embargo, se van reconfigurando hacia actitudes más independientes de las llamadas petromonarquías para el despliegue final de otras correlaciones de fuerzas. Y eso tiene enfermo al Tío Sam y a su discípulo sionista”.
Si bien es cierta la clara ejecutoria de Netanyahu y su gabinete, igualmente lo fue el surgimiento de un Movimiento de Indignados dentro de la sociedad israelí contra ese actual primer ministro de supuesta corrupción e intentos de promulgar leyes antidemocráticas. O su probada laxitud en el rescate de los rehenes en poder todavía de la resistencia palestina. ¿Y dónde se escuchó a los Estados Unidos y Occidente arremeter contra el statu quo? ¿Entonces? Vale, Israel arguye actuar con independencia, tener el destino en sus manos. Actitudes muy fáciles de llevar mientras le sigan lloviendo contratos militares, el comercio marche y el respaldo moral se sostenga del lado del sionismo, a pesar del asesinato de 54 000 gazatíes.
A mediados de junio de 2025 consideró había llegado un nuevo momento de atacar a Irán, nada más y nada menos en el impasse de las conversaciones entre Teherán y Washington sobre el programa nuclear pacífico del primero. ¿Casualidad? No parece, teniendo en cuenta todo lo anterior. Los persas, empero, han vuelto a responder con la fuerza de los misiles y, según la ABC, “la realidad de la guerra contra un oponente tan avanzado como Irán ha dejado a los israelíes asustados y en ‘shock’. Los ciudadanos afirman que su sensación de seguridad se ha visto afectada, y es probable que empeore”.

A Globetrotter, el intelectual Vijay Prashad manifestó: “los constantes ataques de Israel contra Irán desde 2023 son ilegales y violan la Carta de las Naciones Unidas. Irán es un Estado miembro de las Naciones Unidas y, por lo tanto, un Estado soberano en el orden internacional. Si Israel tuviera algún problema con Irán, existen muchos mecanismos previstos por el derecho internacional que le permiten presentar denuncias contra Irán. (..) Israel ha evitado estos foros internacionales porque es evidente que no tiene argumentos contra Irán. Las acusaciones de que Irán está construyendo un arma nuclear, constantemente planteadas por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel, han sido investigadas a fondo por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y consideradas infundadas”.
Y en párrafo esclarecedor añade: “A lo largo de las últimas décadas, Irán ha apelado a la creación de una zona libre de armas nucleares en Oriente Medio, una idea extraña viniendo de un país acusado de querer construir un arma nuclear. Pero esta idea de una zona libre de armas nucleares fue rechazada por Occidente, en gran parte para proteger a Israel, que posee un programa ilegal de armas nucleares. Israel es el único país de Oriente Medio que posee el arma nuclear, aunque nunca la ha probado abiertamente ni ha reconocido su existencia. Si Israel estaba tan comprometido con eliminar cualquier amenaza nuclear, debería haber aceptado de buen grado la oferta de crear una zona libre de armas nucleares. Ni los europeos, que tantas veces se presentan como defensores del derecho internacional, ni los líderes de las Naciones Unidas, presionaron públicamente a Israel para que adoptara esta idea, porque ambos reconocen que ello exigiría que Israel, y no Irán, se desnuclearizara”.
Ha llegado el momento de las sabias rectificaciones, las cuales pasan por cosas sustantivas, para que en primer orden se detenga el genocidio contra el pueblo palestino; se acabe, de una vez y para siempre, con la impunidad del racismo Made in Israel; y se impulse una armoniosa vecindad. Algo sonará a “engañabobos” de seguir inamovible el colonialismo sionista, con todos sus padrinazgos.
Un comentario
Objetivamente Israel solo puede ser detenido y controlado por la fuerza,
no le queda alternativas a Irán, Palestina y otros en el medio oriente, Israel no respeta ninguna solución diplomática internacional