Los problemas a remojo

Los retos y las presiones sociales y familiares por cuidados dignos a la creciente población adulta mayor condicionan el surgimiento de mipymes privadas con esos fines. BOHEMIA ofrece una mirada sin idealizaciones

Fotos. / Jorge Luis Sánchez Rivera


¡Ta Ta ma nía! ¿Estribillo de una pieza de “reparto” en ascendencia entre el público eminentemente juvenil? Las apariencias, incluso las sonoras, suelen ser engañosas. Es el punto de partida de un decir infantil, Tata, para aglutinar ideas y acciones en torno a un emprendimiento de nuevo tipo. Vuelto pasión, manía.

Lázaro Charles –de 33 años– es cuidador desde hace un año. Se ocupa, las 24 horas del día –con uno de descanso intermedio– de un abuelito de 93, a quien pone a bailar en la silla de ruedas, al habérsele resentido cantidad la salud por el tiempo expuesto al supuesto cuidado de alguien “certificado”. Cuenta que el primer contacto con él fue impactante, debido a su lamentable estado físico y emocional. En estos momentos, se ufana de haber contribuido a la recuperación paulatina, gracias a los masajes o ejercicios diarios de cuclillas y de estiramientos de brazos y piernas, pudiendo volver a caminar dentro de la casa auxiliado de un andador y hasta dar paseos breves por el barrio, los cuales disfruta, pues, aún lúcido y todo un “jodedor”, disfruta al máximo. ¿Sus medicinas?; también el afecto, el acompañamiento y el saberse bien atendido.

Hasta aquí nos hemos referido a un joven realmente muy humanitario y altamente preparado en nuestro sistema de enseñanza general, más la recibida en el hogar y en esos caminos del vivir, donde supo sacarle todo el jugo a las mejores cosas. Sin embargo, la esencia humana de Lázaro no es aislada; así tenemos a las villaclareñas Glendis Riscart Padrón y Yadira Cabrera Marín. Todos pertenecen a TaTamanía, la primera mipyme aprobada en Cuba para brindar servicios de cuidados a enfermos, personas en situación de discapacidad y adultos mayores.

TaTamanía elige al personal mediante un riguroso proceso de selección, incorporándoles al trabajo tras pasar cursos impartidos por el Minsap. Al centro, Yadira Álvarez Rigual.

Emprendimiento necesario

Durante el Tercer Período Ordinario de Sesiones de la X Legislatura de la Asamblea Nacional se actualizaron los datos de la población efectiva en Cuba al cierre en 2023. Esta aproximación corrió a cargo de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Luego, en conferencia de prensa, su vicejefe, Juan Carlos Alfonso Fraga, recalcó que mediante estudios sistemáticos es posible sostener que hoy “la población cubana (se cifra) en 10 millones 055 mil 968 habitantes”; el 24.4 por ciento del total tiene 60 años y más; “el país se hace más “viejo”.   

La realidad, siempre en carrera veloz, ya había “dictado” dicho veredicto al pueblo, termómetro infalible si de medir alcances y consecuencias se trata. Sonaban fuerte y claro cosas como “Vive solo; su hijo lo dejó para brincar el charco”; “Micaela es tan anciana como su casi centenario padre, pobrecita, ella sola no puede. Está para ser ayudada”; “Ni me imagino cómo hace para alimentar al tío José, si además de él tiene otras tres bocas”. Muchas más pudieran ser esas voces preocupadas por un fenómeno calificado desde la academia y la política de irreversible en el corto y mediano plazos.

El manto protector de un Estado “omnisciente”, con “todas las respuestas y salidas”, lamentablemente ya no es. Nunca porque eluda compromiso; varias han sido las zancadillas en su contra: la peor, sin duda, el bloqueo económico, financiero y comercial de los Estados Unidos. Frente esa circunstancia colosal, también el inmovilismo, la cerrazón y el dejar acumular los problemas les han pasado factura a la familia, al individuo y a la sociedad en su conjunto. Empero, el resignarse es impropio de cubanas y cubanos. Al amparo de las posibilidades nacionales abiertas para crear emprendimientos privados en diversas esferas, Yadira Álvarez Rigual y su familia idearon una empresa llamada TaTamanía, aprobada en 2022 y brindando servicios desde enero de 2023. Son los pioneros en ofrecer cuidados a personas mayores en domicilios y hospitales, a esas en situación de discapacidad, infantes y enfermos.

Igual a los tres mosqueteros

Lázaro Charles es consciente de la responsabilidad que adquiere cuando traspasa el umbral de una casa para cuidar a un “abuelito” o “abuelita”.

De esa “tropa” son Lázaro, Glendis, Yenisey Montenegro Ramos y Yadira Cabrera, junto a otros 96 cuidadores o supervisores, en carrera contra el tiempo final de una persona vuelta entrañable y cuya muerte duele muchísimo, en el acicalamiento de una señora todavía coqueta a pesar de los 80 años y hasta en la paciencia debida de cara a quien bien puede ser abuelo narrador de anécdotas, repetidas al infinito. Sin embargo, cada uno de los entrevistados por Bohemia refiere sentir honda empatía con su “objetivo de trabajo”; de ahí, el malestar experimentado cuando algunos desconocen, o prostituyen, la importancia de la entrega, porque aunque se recibe una buena remuneración, y siendo esta empresa un “negocio en toda ley”, es preciso asumirla al margen de énfasis malintencionados: aquí la gente sigue sangrando con “el dolor del otro”.

El presente reportaje se ha pensado para ilustrar cómo creativamente se pueden enfrentar los contratiempos. Estas líneas no se han hecho para mirar el fenómeno de las empresas privadas con escarnio, ni teorizar sobre los errores cometidos en su implementación inicial, al considerar que persisten montones de cuestiones y aristas que perfeccionar: dígase la diferenciación en las escalas de los impuestos, el acompañamiento efectivo de responsabilidad social de las empresas o la inercia en la creación de proyectos comunitarios bajo tutela de los gobiernos locales y la utilización del “uno por ciento”.

Dicho esto es preciso observar a TaTamanía despojados de prejuicios. ¿Es un negocio que aprovecha un amplio nicho de mercado? Sí. ¿Brinda utilidades? Sí. ¿Ha crecido más allá de La Habana, llegando a Guantánamo, Villa Clara, Camagüey, Granma y Matanzas, específicamente en Cárdenas? Sí. ¿Pueden en esta hora los principios de justicia social de la Revolución transformar un escenario nacional y mundial, casi imposible de rebasar sin pertinentes mecanismos de afrontamiento? No. ¿Puede en la actualidad el gobierno cubano destinar recursos, económicos y humanos al cuidado de todas las personas vulnerables? No. ¿Todas las familias pueden costearse este servicio a pesar de sus precios diferenciados? No. Los cubanos de “adentro” y “afuera” debemos reflejarnos en el espejo de los mejores valores sin el halo del romanticismo barato, abriéndonos el pecho ante nuestras dificultades comunes, optando por las soluciones: velar de los adultos mayores es quizás de los más importantes.

La ejercitación y la movilidad son aliadas del envejecimiento activo. / Cortesía TaTamanía

Alianzas en varios niveles

En conversación exclusiva con Bohemia, Yadira Álvarez Rigual, la CEO de TaTamanía, declaró: “Nosotros tenemos personas (clientes, familiares que contratan el servicio) que tienen cuidadores del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y se les paga 2 500 pesos, lo ponemos a trabajar con nosotros una equis cantidad de horas. Esas horas el cliente nos los paga a un precio diferenciado. Ahí yo no tengo ganancia de ningún tipo como empresa, les cobro el pago al cuidador, más el impuesto del Estado por utilizar esa mano de obra y de servicio; o sea, eso es lo que se le cobra a la familia. Tenemos otro tipo de trabajo de responsabilidad social en Marianao. Lo hacemos en coordinación con la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en el municipio; ahí tenemos cinco familias, de cinco abuelitos solos, y nosotros –generalmente el primer sábado de cada mes– les hacemos lo mismo que al resto de nuestros clientes: les lavamos, les limpiamos, les cocinamos, les lavamos la cabeza, los peinamos. También en una de las casas hacemos una caldosa que luego es repartida a todos ellos.

“Conjuntamente, otros actores sociales, que no se dedican a la labor nuestra, nos brindan sus productos y nosotros se los repartimos. Esos abuelitos fueron identificados por la FMC, que nos los remitió. Tenemos excelentes relaciones con la secretaria general de la organización, Teresa Amarelle Boué”. La miembro del Consejo de Estado les brindó una oficina, donde actualmente realizan las entrevistas a cuidadores de La Habana. “Nos ponen en contacto con mujeres que necesitan trabajar al estar desvinculadas”.

Esta reportera tuvo la oportunidad de comprobarlo junto a la “muchachitas” de TaTamanía (hay únicamente dos varones), en plenas deliberaciones en el 1er Coloquio de Técnicas y Experiencias para cuidadores de Personas Mayores (o Coloquio CUIDA), convocado por este emprendimiento líder. Al lado de la práctica, la Academia y el Estado: el Ministerio de Salud Pública (Minsap), la Universidad de La Habana (UH), el Centro de Neurociencias de Cuba (Cneuro). Entre los patrocinadores, el Parque Tecnológico de La Habana, Los Portales S.A, Salyam Soluciones Digitales, Bianca S.R.L, etcétera.

Al intervenir en el Coloquio CUIDA, Yadira Álvarez Rigual aseguró que las mipymes dedicadas a atender adultos mayores pueden ser “complementarias, más que competidoras”.
La supervisora Yenisey Montenegro Ramos, fundadora de la empresa, es admirada y respetada por su entrega y compromiso. / Cortesía TaTamanía

Ofrecer el corazón

Este reportaje pudiera generar criterios adversos: de si esto es filantropía, apenas “migajas del gran pastel”, una curita al envejecimiento… La periodista quiere creer en la solidaridad “a la cubana”, contextualizada en las circunstancias de una historia en renovación perpetua, tal los ríos del filósofo griego. En Cuba adquieren la potencia de nuestras aguas, tan sui generis siempre. TaTamanía dejó de ser una “isla” al compartir nichos comerciales con otras. Yadira Álvarez Rigual aseguró: “Todos tenemos nuestras distinciones y diferencias; podemos ser complementarios, más que competidores”.

Evitemos aplacar la percepción personal sobre las reales tempestades de los panoramas sociales y sus contradicciones. Mucho menos idealizar personas, pero las mujeres y hombres que optan por cuidar con esmero a un adulto mayor merecen respeto. Con el cantautor entonemos: “¡Quién dijo que todo está perdido!”, y pongamos los problemas en remojo.

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2 comentarios

  1. Esta iniciativa es decisiva y vital en un pais de muchos ancianos y sobre todo vulnerables. El unico problema es el pago a la mipyme para garantizar el pago a los cuidadores, que por mucho amor y solidaridad que esten dispuestos a dar, tambien tienen otras importantes necesidades y hay quienes. o pueden sufragar esos gastos. Gracias a Maria Victoria por el articulo y la fe de erratas

  2. Me encantó. No tenía noticia alguna acerca de estas iniciativas, que me parecen formidables. Vi algo del evento por tv, pero no me percaté de su envergadura. Nunca habrá una única gran solución para todo. Se necesitan también muchas soluciones pequeñas y medianas. Este es un ejemplo motivador y alentador. Ojalá se sigan multiplicando. Gracias.

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