¿Se actúa en correspondencia con lo planteado en 2024 por la Comisión Gubernamental de seguimiento a la dinámica demográfica, la cual instó a gobernadores, intendentes y cuadros a tratar el envejecimiento poblacional con sensibilidad e integralidad requeridas?
Circuló en Facebook un llamado del Proyecto Palomas a realizar alguna acción a favor de nuestros ancianos ante la ola fría que debía recientemente sacudir a Cuba. A cargo de la prestigiosa documentalista Lizette Vila Espina, el emprendimiento impulsa mancomunadamente “la Obra Artística, el Activismo Social y la Solidaridad por el bien común de cubanas y cubanos”. Es una hermosa exhortación.
Junto con la demostración de palabras y actitudes positivas, la propuesta devino plataforma de alarma y foco de atención de muchos internautas, quienes, sin demeritar el pedido, clamaban soluciones de fondo: tratar el asunto en sus esencias y con vistas al largo plazo…
Va siendo cansino escuchar, una y otra vez, “la situación económica es crítica”, porque desde que nos levantamos la vivimos en los más minúsculos detalles cotidianos. Existe cierto hartazgo con la anterior afirmación, cuya veracidad nadie cuestiona. Es otra la cuestión: la gente considera que son momentos de actuar con firmeza, trascendiendo los diagnósticos, y encarar la realidad con soluciones. El 30 diciembre 2024 sesionó el Consejo de ministros correspondiente al mes. Allí, entre varios temas, se aprobaron los Objetivos y Proyecciones de Gobierno para el presente año. En el resumen elaborado desde el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, se informó acerca de los asuntos que, inevitablemente, deberán convertirse en prioridades en 2025.
Según el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, entre estos, figuran la atención a los jubilados y a quienes tienen pensiones y salarios mínimos, porque “nosotros tenemos que ser capaces, aunque no sea totalmente, de empezar a mejorar la situación de los jubilados, que han entregado la vida por la Revolución y hoy están en una situación muy compleja”, e ir “dando pasos que vayan atenuando esas situaciones”, indicó.
A veces perdemos oportunidades de oro al actuar con excesiva lentitud ante un panorama social que sobrepasa la meticulosa planificación de un presupuesto, elaborado casi al dedillo y a diario, debido a la incidencia de una política agresiva contra el pueblo cubano. Pocos de nosotros afrontamos ese trance amargo de nuestros líderes. Empero, en ocasiones, declaraciones e intenciones no corren parejas al ritmo de la calle. No se percibe, por ejemplo, la existencia de un andamiaje gubernamental y del Poder Popular articulado frente a situaciones diferentes a los eventos meteorológicos extremos, cuando desborda el altruismo. Pero ¿qué hacemos ante los frentes fríos?
La sociedad cubana, precisamente por la crueldad de los Estados Unidos y otros tantísimos factores, es ya muy diversa, con diferencias sociales y hasta clasistas inimaginables un lustro atrás. La emigración o la disolución de la familia como entidad rectora de protección han dejado desamparado a un sinnúmero de nuestros viejitos.
En la reunión aludida, el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, expresó: “[…] en los temas fundamentales, en esos que están chocando más con la población y con el desarrollo del país, tenemos que ser capaces de identificar qué proyectos se pueden potenciar; si existen, cómo los mejoramos; y si no existen, cómo concebimos nuevos proyectos”. De cara a lograrlo manifestó: “hay que trabajar duro, hay que exigir mucho, hay que analizar mucho; hay cosas que no se pueden dejar acumular, hay que trabajar por proyectos, por programas, con integralidad; hay que ordenar las cosas que dan más impacto”.
Ateniéndonos a tales pronunciamientos, el gobierno, el Estado y el pueblo deberían movilizarse ahora en esta nueva ola invernal. La iniciativa del Proyecto Palomas y la sensibilidad demostrada en las redes sociales digitales son dulce banda sonora para nuestro corazón; sin embargo, lo fundamental sigue siendo la obra colectiva, tal como demandó una internauta.
En un comentario anterior señalábamos lo contradictorio del ejercicio de gobierno al visitar exitosas Casas de Ancianos, Comedores y Hogares de Ancianos, mientras es vox populi algo diametralmente opuesto: muchísimos de esos establecimientos se desempeñan con nulos resultados a favor del mejoramiento del nivel de vida e incluso se hallan atrapados en cadenas de corrupción. También asegurábamos sentir un hondo dolor: hablamos de recursos obtenidos con grandes sacrificios.
Pese a las indicaciones gubernamentales de efectuar recorridos sorpresa, el Sistema de Atención a la Familia(SAF) es excesivamente deficiente y en nada ayuda, y redime justificarnos con el bloqueo y otros males. Nuestros viejitos hoy se alimentan mal. La más elemental matemática de bodega, a cuenta del monto de las jubilaciones mínimas, la exigua canasta familiar normada y la inflación obscena ponen “los puntos sobre las íes” en un fenómeno lacerante, de momento sin solución, aunque voluntad política y diagnósticos sociológicos existan.
Entonces, las inevitables preguntas: ¿dónde están los pronunciamientos de las asambleas municipales, territoriales y Nacional del Poder Popular alrededor de los ancianos y las bajas temperaturas, como evento puntual? ¿Dónde queda la agilidad del gobierno para entender la magnitud de una tragedia de llegar a enfermar de neumonía en la “tercera edad” carente de alimentos adecuados? ¿A dónde ha ido la necesaria combatividad para buscar soluciones que den amparo a los fundadores de la Cuba socialista?
Hermosos son, todos y cada uno, los gestos de solidaridad, incluso si vienen de los nuevos “ricos”; ellos merecen aplausos a pesar de clasificar como actos caritativos; pero la cuestión cardinal sigue estando en la justicia y seguridad social (nutrida también con los años de salarios del pueblo trabajador) del Estado revolucionario. Este archipiélago es diferente: su nombre se ha cincelado en el mapa mundial a fuerza de coraje y años dedicados a defender y proteger la libertad y la soberanía.
¿Cómo vamos a dejar sin ese “abrigo” grande de la nación a quienes nos han cobijado durante décadas? El sentirse querido y cuidado también protege del frío.
4 comentarios
Triste. Soy uno de esos viejitos mas afortunados, abrigados por el afecto y la solidaridad. Pero sufro por los que sí sienten frio en la piel, el estomago y el corazón. Ojalá no fuesen los más. Todo el inmenso sacrificio de muchas generaciones es para que nadie esté olvidado ni abandonado.
Conmueve y compromete tan humana y sensible idea
que exige decisión premura porque muchos estamos en
cuenta regresiva, se nos va la vida irremediablemente y al final, modestamente creo sinceramente es merecido
El frío y los viejitos no es el problema fundamental en estos momentos. Tu dices que hay que trabajar con programas, planes, etc. como se ha trabajado durante años. eso es lo que ha sobrado en Cuba. primero se les llamo lineamientos, despues medidas, más tarde directivas y ahora se llaman proyecciones. Las.leyes se hacen y no se cumplen o se cambian constantemente. Los que tiene que aplicarlas no saben com
Aquí lo que se necesitan son diálogos constantes con el pueblo a camisa quitada. y los periodistas jugando su papel. solo Pepe señala los problemas y da su opinión durante 20 años. Me imagino que no le debe quedar hígado. En fin es tanto de lo que hay que hablar que se me.gastaran los.dedos. viendo hoy el discurso de Maduro, sentí envidia y mucha tristeza
En mi criterio una sociedad se mide en cómo trata a sus ancianos. Ellos siempre son cimientos de lo que en el presente se construye. Los jóvenes de hoy no han tenido que comenzar desde la nada, sino desde esa base levantada con sacrificio y esfuerzo de cada generación precedente y que hoy puede que se encuentre en esa etapa de vida, que no porque pueda que sea la última tiene que pasar desapercibida por los que lo rodean, sin atender tanto sus necesidades materiales como espirituales. Hoy, con 60 años me encuentro cuidando a mi madre de 93 años, a mi padre de 87 con cáncer de próstata y a mi misma 😀. Ellos siguen siendo mi refugio y en esta etapa me han enseñado más que cuando eran jóvenes y estaban más activos y ocupados. Los jóvenes de hoy serán los ancianos del mañana, que parece lejano pero que pasa sin darnos cuenta, así que si hoy tratas mal a esos ancianos mañana será a ti a quien traten mal, pues es el presedenteque has sembrado y por tanto cosechas lo que siembras, no hay de otra
Gracias, por traer el tema a colación y pienso que como existe el PMI, programa Materno Infantil, debería existir el PAP, programa anciano parental que proteja no solo al anciano sino también a los parientes que lo cuidan pues es una tarea de mucho sacrificio, que necesita de apoyo institucional en lo material y espiritual.