Cerca de mil representantes de 269 organizaciones de más de 30 países participaron, en el Palacio de Convenciones de La Habana, del Encuentro Internacional de solidaridad con Cuba, el antimperialismo y contra el resurgimiento del fascismo
Fotos. / JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA
He participado en varias de jornadas de este tipo a lo largo de los años y he compartido con integrantes de anteriores brigadas internacionales de solidaridad y trabajo voluntario, y que también -como siempre- estuvieron presentes en la cita de este dos de mayo.
No sé por qué preví algo diferente, pese a que los objetivos hayan sido los mismos en los antecesores; quizás se deba a que el contexto internacional se ha agravado por el resurgimiento del fascismo, con todo lo que implica, y el recrudecimiento del injusto e ilegal bloqueo a que somete Estados Unidos a nuestro pueblo, al que se han sumado campañas de desinformación y manipulación mediática, como la que se hace contra la colaboración médica cubana en otras naciones.
Los que estuvieron el día primero de mayo en la habanera Plaza de la Revolución, aun no salían del asombro y el impacto que les provocó tamaña demostración de unidad y sentido de resistencia. Algunos vi llorar allí ante ese grandioso e inigualable desfile, en el que participaron desde niños hasta personas de la tercera edad.

Sobre esta marcha revolucionaria expresó el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel: “demuestra que la Revolución cubana no claudicará en su defensa de la paz, la justicia social y la integración a Nuestra América, inspirada en el legado de Fidel y el ejemplo de resistencia de nuestro pueblo”.
Los casi un millar de ciudadanos de todos los continentes, reunidos en La Habana, representan a millones que han acompañado y acompañarán a nuestro proceso emancipador, porque para ellos Cuba es un símbolo de lucha liberadora y un ejemplo de que un mundo mejor es posible.
En su discurso Díaz-Canel agradeció a los presentes por ser la voz de Cuba en el mundo y añadió que la cita mostró que ante el imperio, la respuesta es más solidaridad, que simboliza la resistencia al neocolonialismo y apoyo a la autodeterminación de los pueblos. Invitó seguidamente a multiplicar las acciones para desenmascarar la política hostil de Estados Unido y apoyar las luchas justas como la del pueblo de Palestina.
Ambas convocatorias quedaron plasmadas en las suscritas Declaración de Solidaridad con Cuba y la Declaración de apoyo a la causa palestina.



