Un cerebro picado en 31 000 partes

Porciones ocultas en Berlín del cerebro de Lenin fueron sacadas de Alemania en una operación comando de los servicios secretos soviéticos


Se sabe que Vladimir Ilich Uliánov falleció hace 101 años, aunque se ignora lo realizado de manera clandestina para proteger su momia y también con el ánimo de investigar la causa real de su muerte.

Para esto último se picó su cerebro en láminas microscópicas en aras de estudiarlas minuciosamente por un grupo de los mejores neurólogos, neurocirujanos, anatomistas y fisiólogos de distintos países.

Sobre las causas del fallecimiento de aquel hombre prominente entre los más grandes pensadores y dirigentes políticos que ha existido, hay diferentes versiones: unos plantean que la causa fue la neurosífilis. Otros por el tratamiento de la supuesta enfermedad venérea con arsénico en dosis demasiado altas y hasta se aseguró que fue provocada por cierto factor genético heredado de su familia en cuanto a la mutación irreversible del gen NT5E, presente en la ruta metabólica del calcio. Así, una parte de su cerebro, con el tiempo, se petrificó.

El jefe del primer Estado socialista del mundo no murió por sífilis cerebral, sino por el veneno de las balas recibidas durante el atentado. / unsplash.com

Los médicos soviéticos en su informe describieron tal obstrucción como generadora directa de los cuatro infartos cerebrales causantes reales de su muerte. El primero, en mayo de 1922. Los facultativos le exigieron abandonar sus quehaceres habituales de lectura, escritura, reuniones, discusiones, etcétera, y el jefe del primer Estado socialista del orbe sentenció: “Pero no me pueden prohibir el acto de pensar”.

El segundo infarto cerebral fue en diciembre, siete meses más tarde; le paralizó el lado derecho del cuerpo y se vio obligado a retirarse de la actividad política. Por el tercero, en marzo de 1923, quedó postrado en cama, sin poder escribir ni hablar. Y el último acabó con su existencia a las 18:50 horas de Moscú, exactamente el 21 de enero de 1924, en la localidad de Gorki, en las afueras de Moscú, la otrora capital soviética.

En 1970, en el centenario de su nacimiento, se retomó el trascendental asunto. Ante versiones periodísticas extranjeras falsas sobre las verdaderas causas del deceso del célebre dirigente y de su real enfermedad, Mijail Suslov, entonces miembro del Buró Político del Partido Comunista de la URSS, encargado de la conmemoración, encomendó al doctor Eugenio Chazov, entonces ministro de Salud, la imperiosa tarea de esclarecer definitivamente el tema.

Chazov en su libro Salud y Poder, escribió: “Nuestra primera dificultad fue encontrar en aquella fecha del centenario leninista materiales vinculados con el importante asunto.

“Se me autorizó a consultar cualquier archivo. Sin embargo, luego de su muerte, relativamente pocos científicos se interesaron por los testimonios o documentos de carácter médico. En realidad, hallé lo buscado afanosamente donde nunca imaginé estarían: en el Instituto de Marxismo-Leninismo, ubicado en Moscú.

“Tal información estaba custodiada por la anciana encargada de los principales documentos archivados allí, precisamente los detalles imprescindibles para cumplir la compleja misión asignada. Ella misma se asombró de cómo luego de un siglo de ser archivados, alguien acudiera en busca de unos datos y resultados médicos colocados en el armario de madera más viejo y apenas consultado de la institución”.

Aclaró Chazov en su informe que los diarios de los científicos atentos a la salud de Lenin durante su larga enfermedad, las historias clínicas de su evolución y hasta los preparados histológicos (tejidos) estaban conservados en aras del estudio de sus vasos sanguíneos cerebrales, lo cual se realizó después de su fallecimiento.

“Me impactó mucho saber cómo en la recta final de su tratamiento, luego del traicionero atentado a tiros con balas envenenadas el 30 de agosto de 1918 y sus dolorosas secuelas, llegó a estar inválido totalmente, había perdido el habla, la capacidad de leer y escribir, y se transformó en alguien incapaz de vivir sin ayuda. Humanamente era muy duro verlo postrado y deteriorado, sobre todo por sus familiares y, en especial, su esposa, Nadezhda K. Krupskaya.

Foto. / unsplash.com

“Lo anotado en los materiales encontrados lo entregué a los más prominentes científicos del país encargados de estudiarlos, entre ellos, a los académicos en Medicina y Neurociencias E.V. Schmidt, A.I. Strukov y S. Sarkissov. Todos confirmamos la verdadera causa del fin de su agitada vida: severa arterioesclerosis que provocó sus cuatro infartos cerebrales.

“Comprobamos de modo fidedigno algo revelador: una de las dos arterias carótidas quedó totalmente obstruida por la inevitable compresión o apretamiento del hematoma formado después del balazo recibido en el atentado, imposible de ser eliminado con la técnica disponible en aquel instante”.

“No se encontró ninguna evidencia de lesiones sifilíticas. Nuestras conclusiones, en 1970, fueron suscritas igualmente por el ministro de Salud en esa época, B.V. Petrovsky, aclaró Eugenio Chazov. La memoria del hombre responsable de la inauguración del Socialismo en el poder en el planeta estaba limpia de calumnias e infamias. El más capacitado especialista de la cirugía cerebral en ese instante histórico, el alemán Oskar Vogt, que dirigió el equipo de científicos encargados de investigar durante más de una década, se negó a entregar las láminas del cerebro de Lenin y un grupo de cinco agentes del KGB tuvo que entrar por vía fluvial secreta en Berlín, en 1945, hasta llegar a su casa para rescatar esas porciones con las que al final se armó como un rompecabezas el cerebro”.

Este redactor y Reinaldo González, quien me acompañaba, vimos en 1979 aquel órgano del cuerpo de Lenin dentro de un pomo en el Instituto del Cerebro de Moscú.

Comparte en redes sociales:

2 comentarios

  1. Según leo, entonces Lenin murió tras las secuelas, como resultado indirecto del atentado pistolero.
    De existir las facilidades científicas de hoy, ¿hubiera sobrevivido hábil algún tiempo más? Qué pasó con los autores del atentado. Gracias

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos