Composición gráfica. / NORBERTO CARLOS ESCALONA
Composición gráfica. / NORBERTO CARLOS ESCALONA

Un cronista de la Revolución Cubana

Homenaje al centenario del nacimiento del fotógrafo Raúl Corral Fornos


Las botas del mayoral, 1955. / RAÚL CORRALES. / Cortesía de Norma Corral

Como una figura significativa de la fotografía contemporánea, el lente de Raúl Corrales ─su nombre artístico─, captó con maestría momentos épicos de la Revolución Cubana. Sus padres, procedentes de Galicia, se establecieron en un apartado paraje cerca del central Stewart (actual Venezuela), entonces provincia de Camagüey. Allí nació el 29 de enero de 1925 y trascurrió su niñez en medio de la pobreza. Su familia decidió establecerse en La Habana; continuó para ellos una situación difícil y desde muy joven se vio precisado a ejercer diversos oficios.

En una de aquellas modestas labores, al hojear unas publicaciones, su universo visual queda atrapado. Imágenes entre luces y sombras le llaman. Lo entiende, su vida estará ligada para siempre al fascinante mundo de la fotografía. Con unos escasos ahorros compra una cámara fotográfica muy barata y, aunque en un principio los pocos recursos solo le permiten revelar los rollos, observa el entorno y en su mente arma encuadres imaginarios a través del visor. Mediante un vidrio de aumento, colocado delante de una lamparita, se complace con mirar los negativos.

En esa etapa registra su obra en la memoria. Se le desarrollaron capacidades exclusivas y un estilo muy propio al concentrarse en el “ver”. Sabía en qué instante activar el obturador para lograr un tono poético en síntesis, con marcado equilibrio.

Le es más cercano el mundo fotográfico, mientras ejerce como mozo de limpieza en la Cuba Sono Films, agencia del Partido Socialista Popular. Con muchos esfuerzos logró formar parte del equipo de fotógrafos. Colabora con otras publicaciones como BOHEMIA y Carteles, siempre con un enfoque social. En los años cincuenta, junto al periodista Oscar Pino Santos, recorrió los lugares más intrincados de la geografía cubana. Captaron un testimonio vivo en imagen y letra como reflejo veraz y multifacético de la Cuba prerrevolucionaria.

La aurora de enero de 1959 encontró en Corrales a un fotógrafo ya profesional; al decir de Pino Santos: “tenía un poderoso instinto capaz de traducir su oficio de fotorreportero en un ejercicio de arte”. Daba vida, realismo e impacto a sus reportajes y artículos.

Primera Declaración de La Habana, Plaza Cívica (hoy Plaza de la Revolución), octubre 1960. / RAÚL CORRALES. / Cortesía de Norma Corral

En palabras de otro grande, Alberto Díaz “Korda”: “Yo era un joven propagandista de un laboratorio de medicinas, y seguía, semana a semana, las imágenes de la revista Carteles que firmaba Raúl Corrales. Un día decidí dejar todo y tomar una cámara fotográfica y tratar de continuar los pasos del que yo consideraba ‘El maestro’”.

Quien supo ilustrar su existencia, se incorporó de inmediato a la ebullición emancipadora de enero. Formó parte del equipo del periódico Revolución y se desempeñó como fotógrafo acompañante del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz de 1959 a 1961.

Los cinco comandantes (Raúl Castro, Raúl Martínez Sánchez, Ernesto Guevara, Juan Almeida y Ramiro Valdés), 1960. / RAÚL CORRALES. / Cortesía de Norma Corral

En esa etapa heredamos representaciones trascendentales. Su hija Norma Corrales, me narró cómo captó la imagen del máximo líder durante la Primera Declaración de La Habana (1960): “Fidel le solicitó plasmar aquella impresionante concentración de pueblo en la entonces Plaza Cívica. Para alcanzar tal propósito, se subió a los asientos solicitados a dos ministros y así logró aquel plano con Fidel de espaldas al lente mientras hablaba a su pueblo -lo común era retratarlo de frente o perfil. Durante varios años esta imagen ilustró el reverso del billete de 10 pesos cubanos”.

En un histórico encuentro de Fidel con cuatro fotógrafos gigantes: Alberto Korda, Raúl Corrales, Osvaldo Salas y Livorio Noval, expresó: “Gracias a ustedes nosotros existimos. Gracias a ustedes, los fotógrafos, nosotros sabemos qué hicimos, dónde estuvimos y rememoramos cada lugar, cada esquina, cada sitio, lo que vivimos en esos momentos. Gracias a ustedes sabemos también cómo éramos y gracias a ustedes sentimos también un poco de nostalgia”.

La caballería 1960. / RAÚL CORRALES. / Cortesía de Norma Corral

Por recomendación de Celia Sánchez Manduley, para ayudar a salvaguardar la memoria histórica de la Revolución Cubana, desde 1964 y hasta 1991, Corrales tuvo a su cargo la Sección de microfilm y fotografía de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.

Su obra se ha expuesto en diferentes galerías de Cuba y del mundo, con numerosas exposiciones personales y colectivas. Se realza en numerosas antologías iconográficas. Forma parte de importantes colecciones. Entre los numerosos lauros recibidos, se destacan: Orden Félix Varela (1988), Premio Nacional de Artes Plásticas (1996) y el título de Doctor Honoris Causa del Instituto Superior de Arte (2005). Fue el primer fotógrafo en recibir tan altos reconocimientos.

Raúl Corrales falleció en la capital el 15 de abril de 2006. Su huella trasciende el éxito profesional, para convertirse en emblema de épocas, cristalizadora de valores y escenas fundamentales de nuestra epopeya revolucionaria.

Las bodas milicianas, 1960. / RAÚL CORRALES. / Cortesía de Norma Corral
Declaración del carácter socialista de la Revolución Cubana, 1961. / RAÚL CORRALES. / Cortesía de Norma Corral
Comandante en jefe: ¡Ordene!, Playa Girón, 1961. / RAÚL CORRALES. / Cortesía de Norma Corral
La banda del nuevo ritmo, 1962. / RAÚL CORRALES. / Cortesía de Norma Corral
Sombreritos, 1960. / RAÚL CORRALES. / Cortesía de Norma Corral

Fuentes consultadas:

Los libros: Los años 50, de Oscar Pino Santos; Cuba, la imagen y la historia, por Carlos Torres Cairo y Saúl Corrales López. Archivos del Centro Fidel y entrevista del autor a Norma Corral.

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