Ariel Zerquera tuvo una tarde de lujo. / acn.cu
Ariel Zerquera tuvo una tarde de lujo. / acn.cu

¿Golazo de los Tigres?

Ciego de Ávila ganó el primer juego de la final en la III Liga Élite del Béisbol Cubano. Y el París Saint-Germain se coronó en la Champions League. Otra lamentable coincidencia que se pudo evitar


No es la primera vez que un torneo de pelota cubana importante coincide con algún evento deportivo de connotación mundial.

Este sábado, cuando Tigres y Leñadores se batían en nuestro patio por llevarse el importante primer partido del play off en la III Liga Élite; Inter de Milán y París Saint-Germain se disputaban el trono del fútbol europeo en el torneo de mayor jerarquía a nivel de clubes.

Aquí Ciego de Ávila venció a Las Tunas con notable superioridad 11-1, nocaut en siete innings. Los dirigidos por Dany Miranda conectaron 13 imparables, incluidos jonrones de Ronaldo Castillo, Robert Luis Delgado, Frederich Cepeda y del último refuerzo Denis Laza.

El zurdo abridor de los Tigres, Ariel Zerquera, reafirmó su buen momento. Propinó siete ponches a la peligrosa tanda tunera y apenas le pegaron tres imparables con una carrera a sus números. Permaneció durante siete entradas completas para apuntarse el éxito. Del otro lado la derrota la cargó el derecho César García.

¿Dónde radica la importancia de arrancar delante en un cotejo de siete pleitos a ganar cuatro? Pues, según datos del estadístico Rodolfo Álvarez, en las 35 finales de series nacionales más recientes, a partir de que se estableció el formato actual de cruces en instancias decisivas (de la edición 29 a la 63), el ganador del primer partido se ha titulado 25 veces. Las seis más cercanas en el tiempo de manera consecutiva (ediciones de la 58 a la 63). En cuanto a las dos versiones anteriores de Liga Élite, Portuarios ganó primero y no fue campeón, en cambio, Matanzas sí hizo justicia a esa tendencia en la segunda versión del certamen.

El choque de este sábado encendió la pasión que genera la pelota en los cubanos. Bastó con ver un Estadio José Ramón Cepero abarrotado desde horas antes del grito de play ball.

De todos modos, considero obligado llamar la atención sobre lo siguiente. Competir en cuanto a niveles de audiencia con una final de Champions League, o con los Juegos Olímpicos, como ocurrió con París 2024 el verano pasado, durante la final de la Serie Nacional 63 entre Las Tunas y Pinar del Río, es un error craso.

Si tenemos la posibilidad de acceder a la señal de estos magnos eventos a través de la televisión cubana, y regalársela a un pueblo ávido de entretenimiento, entonces toca a los decisores del béisbol en el país actuar con precisión. A veces es cuestión de modificar un día el calendario, apenas 24 horas. Estoy seguro de que esos pequeños detalles engrandecen el panorama actual de nuestro pasatiempo nacional, que bastante lo necesita. Y por consecuencia todos los amantes del buen deporte se benefician. ¿O no es acaso la afición lo más importante?

No tengo una herramienta para medir con exactitud, pero imagino que muchos se inclinaron por el fútbol. Y más cuando se trató de la definición de un torneo de primer nivel. De hecho, sé que varios fanáticos se desplazaron para huir de los apagones, con tal de no perderse un partidazo así.

A modo de resumen, el París Saint-Germain fue aplastante. Venció al Inter de Milán 5-0. El Allianz Arena, la casa del Bayern de Múnich, sirvió de escenario. Y me perdonan los aficionados al béisbol por estos renglones futboleros, para mí inevitables.

En definitiva, desde este domingo, a las dos de la tarde, reactivaremos el modo Élite, cuando tenga lugar el segundo choque de la gran final del torneo selectivo entre Ciego de Ávila y Las Tunas, en la casa de los Tigres, el Estadio José Ramón Cepero. ¡Y no habrá Champions!

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