Sobre la importancia de una correcta protección visual ante la incidencia del Sol, nos pregunta Elena Rodríguez, de Guantánamo. Le Contesta Bohemia
En los últimos años, las gafas se han convertido en un accesorio significativo no solo para completar un atuendo, sino para proteger la salud ocular. En diversos contextos observamos disímiles modelos de estos accesorios, mas no todos ellos realmente cumplen una función protectora.
Muchos consumidores desconocen la importancia de elegir el par adecuado, priorizando el diseño sobre la funcionalidad. Varias investigaciones científicas subrayan los efectos a corto y largo plazos de exponer los ojos a una alta incidencia de luz solar.
Rayos UV
Las gafas de sol deben ofrecer protección contra los rayos ultravioleta (UV). La exposición prolongada a estos rayos puede causar daño ocular significativo. Un estudio de la Academia Americana de Oftalmología destaca que las gafas de sol con protección UV al 100 por ciento son esenciales para prevenir estos problemas. Igualmente, recomiendan su uso incluso en días nublados, ya que los rayos UV pueden penetrar las nubes.
Por su parte, profesores de la Universidad Técnica de Babahoyo, en Ecuador, en una pesquisa reciente, destacan que “al igual que protegemos otras partes de nuestro cuerpo cuando nos exponemos al sol, también hay que resguardar a los ojos. Aunque su sensibilidad al sol no sea tan conocida, los ojos son más sensibles a la luz del sol que la piel”.
Asimismo, aseguran que “las personas apenas sienten el avance de los síntomas, cuando se dan cuenta, el daño es irreversible”. Sugieren como medida preventiva los espejuelos, pero no cualquier tipo, sino unos con los requisitos necesarios para resguardarlos del Astro Rey.
Un artículo publicado en el sitio web de National Geographic detalla que “el máximo nivel de protección para los ojos se consigue utilizando lentes con filtro UV400 que bloquean ondas de hasta 400 nanómetros, pero no todas cuentan con este tipo de protección. En el mercado muchas llevan cristales que reducen la intensidad de la luz que nuestro ojo percibe, pero no filtran la radiación”.
Apunta, además, que “un cristal con protección UV400 podrá reflejar o absorber los rayos ultravioletas, manteniendo el ojo aislado. Por reflexión, las radiaciones rebotarán contra la superficie de la lente creada a base de capas metálicas. Por absorción, la lente asumirá parte de las radiaciones mientras estas la atraviesan”.
Ciencia detrás de los lentes
Investigaciones realizadas por la Universidad de Sao Paulo revelan que las lentes polarizadas no solo reducen el deslumbramiento, sino que mejoran la claridad visual y el confort. Esta tecnología es especialmente beneficiosa en conductores y deportistas, quienes requieren una visión precisa y sin reflejos molestos; filtran la luz reflejada, proporcionando mayor seguridad.
Otro estudio, publicado en la Journal of Optometry, explica que las lentes de policarbonato son altamente recomendadas por su resistencia a los impactos y su ligereza. Este tipo de material es ideal en actividades al aire libre, ofreciendo protección adicional contra posibles lesiones. Además, las monturas deben ajustarse bien al rostro se evita que los rayos UV entren por los lados.
Consecuencias…
La exposición prolongada a la luz solar sin la debida protección puede tener secuelas devastadoras en la salud visual. Las principales patologías causantes son fotofobia, cataratas, pterigión, fotoqueratitis y cambios degenerativos en la córnea.
Optar por gafas de sol sin la adecuada protección UV puede ser más perjudicial que no usar ninguna. La falsa sensación de seguridad permite que las pupilas se dilaten, exponiendo más los ojos a los rayos dañinos. Un informe de la Organización Mundial de la Salud advierte sobre estas prácticas, resaltando que la elección de gafas sin certificación UV incrementa el riesgo de daño ocular.