Una luz tenue protagoniza buena parte del verano en los países cercanos al Círculo Polar el Ártico. / nationalgeographic.com.es
Una luz tenue protagoniza buena parte del verano en los países cercanos al Círculo Polar el Ártico. / nationalgeographic.com.es

Sol de medianoche

Algunas zonas de la Tierra no oscurecen durante el verano, sugerencia de Juan Andrés, de La Habana, en Le Contesta Bohemia


¿Cómo te sentirías a plena luz solar todo el tiempo? Sin que anochezca… ¿puedes imaginarlo? Esa es una realidad para miles de personas en varias regiones de nuestro planeta.

“Sol de medianoche” o “noches blancas” es el fenómeno causante de estos días inusuales y ocurre en las regiones del círculo polar ártico durante el verano. El Sol permanece visible las 24 horas del día, sin llegar a ponerse por completo en el horizonte: debido a la inclinación del eje terrestre, explican las revistas de divulgación científica Muy Interesantey National Geographic.

Vivir muy arriba

Desde finales de mayo hasta mediados de julio puede observarse, con una duración variable según la latitud. En lugares como Svalbard, Noruega, el Sol no se oculta por completo durante varios meses.

La cultura y tradiciones de los pueblos nórdicos ha sido marcada por este particular. Festividades como el Juhannus en Finlandia celebran el solsticio de verano con hogueras y bailes bajo la luz del “sol de medianoche”. Presenciar este espectáculo es una experiencia inolvidable que atrae a miles de turistas cada año.

Este suceso natural no solo ofrece un panorama visual único, también influye en el ritmo de vida de las personas en estas regiones. Los habitantes suelen experimentar alteraciones en sus ciclos de sueño por la falta de oscuridad. No obstante, muchos aprovechan y realizan actividades al aire libre a cualquier hora.

Siempre bajo luz

La fauna y flora de estas regiones igualmente se afecta debido a la exposición prolongada a las radiaciones solares, alterando patrones de comportamiento y ciclos reproductivos. Investigadores de las universidades de Iowa y del Ártico, del Instituto Islandés de Historia Natural, entre otros, estudian estos efectos para comprender mejor la adaptación de las especies a condiciones extremas.

En los humanos, puede aumentar el riesgo de problemas de salud relacionados con la falta de sueño y la sobreexposición a los rayos ultravioleta. Las comunidades afectadas han desarrollado estrategias que mitigan estos efectos, como el uso de cortinas opacas y gafas de sol.

Al arte y la literatura en cambio, le ha sido y es inspiración. Escritores, pintores y fotógrafos han capturado la magia de este fenómeno, destacando su influencia en la percepción del tiempo y la belleza natural del mundo. La luz continua crea paisajes surrealistas que parecen salidos de un sueño. Fiódor Dostoyevski, uno de los más notables autores rusos del siglo XIX, tuvo en las “noches blancas” inspiración de su obra homónima.

Pero, ¿dónde?

Las noches blancas, se viven, principalmente, en los países ubicados dentro del círculo polar ártico y, en menor medida, en aquellos que están en latitudes cercanas. Entre los más notables están Noruega, Suecia, Finlandia, Rusia, Canadá, Groenlandia e Islandia, así como Alaska, en Estados Unidos.

En Noruega, es visible en regiones como las Islas Lofoten y Svalbard; en Suecia y Finlandia se vive intensamente, especialmente en lugares ubicados en el norte,  como Laponia. En ciudades de Rusia ubicadas al norte del círculo polar ártico, como Murmansk. También ocurre especialmente en los territorios canadienses del noroeste y Yukón.

Y tú, ¿dormirías en las noches soleadas o aprovecharías para otras actividades?

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