Es muy bueno que, en medio de las afectaciones nacionales, causadas por atrasos en la siembra, problemas energéticos, lluvias… al menos en Ciego de Ávila la cosecha de la papa esté avanzando un poco mejor que en el resto del país.

Sujeta a un balance nacional, esa producción no solo tiene como destino su consumo familiar y social dentro del territorio, semilla para la próxima campaña, procesamiento industrial para el turismo o frutas selectas, sino también el envío hacia provincias cubanas como Camagüey (1 040 toneladas), Las Tunas (756) y Guantánamo (720), en todos los casos muy esperada por la población.

En declaraciones para los lectores de BOHEMIA, Raúl Monguía, especialista de cultivos varios en la Delegación provincial de la agricultura avileña, explicó que ya partieron las primeras entregas hacia territorios agramontino y tunero, proceso que no debe presentar dificultades en lo adelante.

A pesar de dificultades con la técnica encargada de sacar el tubérculo (por roturas asociadas a varios años de explotación y escasez de piezas de repuesto), además de limitaciones con aceite para equipos automotrices, Ciego de Ávila ha logrado extraer poco más de la tercera parte de la papa plantada y, si todo se comporta según lo previsto, la cosecha debe estar cerrando telones entre el 20 y el 25 del presente mes.

De acuerdo con una estrategia que prevé sembrar rápidamente cultivos –sobre todo de ciclo corto- en las áreas cosechadas de papa, la provincia acaba de plantar las primeras 12 hectáreas de boniato para continuar, sin pérdida de tiempo, con esa y otras viandas como la yuca.

Aun cuando la superficie sembrada y los rendimientos en esta primera fase (15,5 toneladas por hectárea) no son suficientes, la cosecha del tubérculo es un suceso que la población espera cada año, por la aceptación que tradicionalmente ha tenido dentro de la sociedad.