La V Convención Internacional sesionó a la par de la XVI Feria Comercial Salud para Todos, y de la II Feria Internacional de Turismo, Salud y Bienestar, con la participación de 96 países y unos 6 000 delegados, 1 000 de ellos, extranjeros
Fotos. / YASSET LLERENA
“Mas de 260 empresas asisten a la Feria Internacional Salud para Todos. Allí estuvimos e intercambiamos con los empresarios sobre las amplias posibilidades de cooperación. Siempre es gratificante dialogar con los expertos de nuestra industria biofarmacéutica”. Así escribió en su cuenta de la red social X, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República de Cuba, tras un recorrido por el recinto de Pabexpo.
En la decimosexta edición de esa feria comercial –desarrollada en la capital cubana, entre el 21 y el 24 de abril–, empresarios de entidades nacionales y extranjeras ofrecieron al mandatario cubano detalladas explicaciones acerca del equipamiento en exhibición.
Con directivos de la República Popular China conversó Díaz-Canel. El país asiático, invitado de honor, trajo más de 20 firmas fabricantes y suministradoras de equipos, medios y tecnologías.
En las sesiones de la Convención, de alto nivel científico, en los encuentros bilaterales y contratos, prevalecieron propuestas generales para enfrentar los desafíos del mundo actual, con el criterio de que “la salud es una sola”.
En constante búsqueda
Cuba estuvo representada en la cita por 14 stands, muestras del quehacer del organismo rector de la salud en el país, sus instituciones y provincias. En medio del ajetreo que provocan estos eventos visitamos el de los Servicios Médicos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Liliana Chávez Moreno, jefa de Abastecimiento Médico de las FAR, ofreció detalles sobre la muestra, integrada por producciones de los Servicios Médicos y de la Unión de Industrias Militares. “Por nuestra parte, dijo, exhibimos producciones a partir de yerbas medicinales, que se obtienen en los laboratorios de nuestras instituciones. Ahora, cuando escasean los recursos de todo tipo, su empleo es una necesidad”.
En el stand, muy visitado, despertaban el interés los champús –de miel y de majagua–, las cremas y tinturas para lesiones en la piel y pediculosis; jarabes y talco secante para los pies, entre otros. A modo de prospecto, estos se acompañan de un folleto con indicaciones de su correcto empleo.
Incansables
Para el doctor en Ciencias Bárbaro Nicolás Socarrás Hernández, del Centro de Investigación, Desarrollo y Producción Grito de Baire de la Unión de Industrias Militares de las FAR, el tiempo dedicado a las indagaciones parece infinito. El colectivo exhibió tres equipos médicos desarrollados de forma mancomunada con profesionales de los Servicios Médicos de las FAR, desde hace más de 12 años.
–¿Qué los motivó?
–La necesidad de disponer de un equipamiento que nos permitiera realizar de manera óptima el chequeo médico de los pilotos, los buzos, los paracaidistas –de las FAR y el Minint–, y todas las profesiones, cuyas funciones implica riesgos. Los primeros frutos se vieron en 2016, con el equipo para pruebas vestibulares, en uso ya en 10 provincias, en los hospitales militares centrales Dr. Luis Díaz Soto y Dr. Carlos Juan Finlay y otras instituciones; gracias a los resultados de su registro sanitario, a la asimilación de esta tecnología y a la preparación del personal encargado de manipularla, ya forma parte del Sistema Nacional de Salud, y en total se han producido 23.
“Consta de un sillón rotatorio, un estimulador visual y un amplificador médico con un software incorporado, que permite realizar el estudio y diagnóstico de los trastornos de la función vestibular. Ello se relaciona con el equilibrio espacial –mareos, propensión a las caídas…–; es importante, por el envejecimiento de la población cubana. Resulta de gran interés para la Neurología, la Otorrinolaringología (ORL), la Neurofisiología y la Medicina del Trabajo. Por eso también hay uno en el Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores (Insat).
“El sistema realiza el cálculo y el diagnóstico de los trastornos de la función vestibular y, a través de estudios y pruebas muy rigurosas, se han podido establecer los valores normales de la población cubana. ¿Qué nos falta? Hacer un esfuerzo mayor para que todas las provincias cuenten con este equipo.
“Estos estudios son de países desarrollados, muy selectivos. Debido a la complejidad de la función vestibular, demanda métodos y algoritmos para, de manera indirecta, poder evaluar, sin invadir el oído interno. Por ejemplo, una exploración vestibular, como las que se hacen en los Hospitales Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras y el Naval, el Centro de Medicina de Aviación y Subacuática de Cuba o la sala de audiología del Finlay en un país de Europa, puede superar los 250 euros, y nosotros los hacemos gratuito.
“A este sillón se le incorporó un equipo nuevo –el posturógrafo– para la evaluación de la postura, cuando está por encima de la normalidad; es decir, analizar de manera clínica la postura. Y forma parte del laboratorio del equilibrio.
“El tercer equipo –al que hemos llamado explorador del sistema nervioso autónomo–, entre otros, realiza análisis de la variabilidad de la frecuencia cardiaca, un indicador importante en muchas enfermedades. Con él se puede evaluar el equilibrio que debe existir entre los sistemas simpático y parasimpático, en una persona normal.
“Tiene como estimulador una cama basculante, que mide, digitalmente, las respuestas del paciente a los diferentes cambios posturales, gracias a lo cual es posible evaluar la regulación autonómica cardiovascular de la persona objeto de estudio y cual es la reacción de las que permanecen mucho tiempo de pie en función del trabajo”.
La calma no anida en este equipo; otros estudios, el perfeccionamiento, la modernización de equipos acreditados y la producción –en lo posible– de aquellos que más contribuyen en estos tiempos difíciles, los mantiene en constante ajetreo.
