El documental Mixtape La Pampa, del bonaerense Andrés Di Tella, se exhibió en la edición 44º del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana
Original ensayo visual es Mixtape La Pampa (2023), documental del cineasta, escritor y curador bonaerense Andrés Di Tella, que se presentó en la sección oficial del recién finalizado 44º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
Pródigo en detalles, el audiovisual progresa a modo de diario o cuaderno de apuntes introspectivo. Con precisión de miniaturista, su realizador explora, devela la paradójica personalidad de Guillermo Enrique Hudson, popularmente llamado William Henry Hudson, naturalista, y también escritor argentino nacionalizado británico, cuya excelsa obra literaria trascendió en lengua inglesa.
Crónica u homenaje cinematográficos es este recorrido por La Pampa, repleto de remembranzas y presencias imborrables. Justo allí, en esa misma llanura, donde el notable ornitólogo realizó una de sus más trascendentales indagaciones: describir y documentar el canto de las especies de aves que habitan esos parajes.
Resulta evidente la dualidad narrativa que exhibe Mixtape La Pampa. Por momentos, impresiona intrincada, urdida de referencias aparentemente imprecisas, pero que en el decurso, le dan cuerpo al relato y el espectador avezado logra tomar las riendas de la trama.
De una parte, afloran la historia del gaucho londinense que jamás relegó su origen latinoamericano y tal vez, la motivación esencial del director para emprender su road movie pampaneana; por otro, los recuerdos de un amigo muerto (Javier), traídos de vuelta a través de una conexión epistolar y las grabaciones de rock and roll argentino, supuestamente obsequiadas por aquel a Di Tella.
Ese singular mixtape, cargado de espiritualidad y sentido nacional, acompaña a toda la película; en tanto funciona como contraste y eje argumental que devela episodios de la política y cultura de la nación suramericana.
Mixtape La Pampa discurre sobre improntas: las del naturalista, las del amigo perdido y aquellas del propio cineasta. Y para ello, apela a diversas fuentes (fotografías, textos; registros fílmicos, históricos; animaciones, entrevistas, especulaciones filosóficas, políticas; testimonios, anécdotas).
La fotografía, concebida por Darío Schvarzstein, juega un rol primordial en la narrativa y el discurso de la obra. Al conferirle coherencia y un halo sugerente que incide con eficacia en la estructura del relato, pues la complementa y aquilata orgánicamente.
Reconocido entre los 15 documentalistas más influyentes de la región, Andrés Di Tella egresó de Literatura y Lenguas Modernas en la Universidad de Oxford, en Reino Unido. A lo largo de su carrera profesional ha concebido proyectos para la televisión y el cine.
Algunas de sus películas más destacadas son: Montoneros, una historia (1995), Prohibido (1997), La televisión y yo (2002), Fotografías (2007), El país del diablo (2008), El ojo en el cielo (2013). Su cortometraje Reconstruyen crimen de la modelo (1990) fue multipremiado en distintos certámenes internacionales e integra la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA).
Como artista visual ha creado instalaciones, performances, piezas de videoarte; en la literatura sobresalen varios ensayos y los volúmenes de no ficción Hachazos (2011) y 327 Cuadernos (2015).
Retrospectivas de su obra cinematográfica se han presentado en acreditados eventos, distintas instituciones culturales y académicas de Europa y las Américas como el Centro Cultural Rojas, de la Universidad de Buenos Aires; las filmotecas de Cataluña y Madrid; los festivales de Lima; dei Popoli, en Florencia, entre otros.
Fue fundador y primer director del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), considerado uno de los encuentros fílmicos más relevantes de América Latina. Desde hace varios años alterna su labor artística con la docencia en las prestigiosas universidades de Princeton, en Estados Unidos, y la Torcuato Di Tella, de la propia Argentina. En Mixtape La Pampa, Di Tella se muestra diligente y emotivo. Su particular percepción de Hudson, de la amistad junto a las cintas de temas ‘rockanroleros’, engranan y enriquecen la enjundia, fragmentada e, incluso, hasta un poco abstracta, de apuntes, glosas históricas y personales, de elevada subjetividad que, sin duda, conforman todo un auténtico archivo de la memoria.
