El General de Ejército Raúl Castro Ruz arriba a su cumpleaños 94, en plena capacidad combativa y su compromiso con su pueblo digno y soberano

La casa de la familia Castro Ruz en el holguinero poblado de Birán, se desbordó de alegría con la llegada de un nuevo retoño el 3 de junio de 1931. Junto a la intranquilidad de Don Ángel, el padre, por el acontecimiento que se avecinaba, y el regocijo de Lina, su madre, nacía Raúl Modesto: el cuarto de siete hijos de dicho matrimonio y con ello aquel sitio del oriente cubano seguía fortaleciendo su historia: su hermano Fidel había nacido 5 años antes.
El pequeño comenzó a desplegar su energía de juegos y travesuras infantiles en un sano paisaje entre elevaciones, pinares y ríos de Mayarí, sin pensar que esos territorios, y más allá, le serían muy cercanos cuando apostó con su lucha guerrillera por los destinos de la Patria, siguiendo la tradición mambisa en las comarcas donde sonaron una y otra vez las clarinadas en las guerras por nuestra independencia.
Le seguiría el inicio de la enseñanza escolar en la Escuela Rural Mixta No.15 de su terruño natal y luego en colegios jesuitas de Santiago de Cuba, donde se destacó por su espíritu de niño dinámico e inteligente. Comenzó el Bachillerato en el colegio de Belén; los interrumpió y se vinculó al trabajo productivo en la finca familiar. Notó de cerca la realidad en la existencia de los trabajadores del campo. De ahí surgieron inquietudes que se unieron a sus propósitos por darles una vida más llevadera.
Apoyado por su hermano Fidel, quien lo acogió en el apartamento de La Habana donde residía con su esposa e hijo, reinició sus estudios mediante una preparatoria encaminada al ingreso en la Universidad de La Habana en la carrera de Administración en el curso 1950-1951. Allí se abrazó a la causa de su hermano y era de los primeros en las acciones contra los males de la entonces nación vilipendiada.

Ante el zarpazo de Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952, el valiente estudiante universitario fortaleció su rebeldía, vinculado a un grupo de jóvenes de filiación comunista y otros de ideas progresistas. Protagonizaron innumerables jornadas de protesta. Resalta la participación en aquella Marcha de las Antorchas el 27 de enero de 1953. Era llevar más fuerte en el corazón al Martí que lo impulsó junto a Fidel a ser partícipe en el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, donde el futuro ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias demostró coraje al cumplir la misión encomendada: tomar el edificio del Palacio de Justicia ubicado al lado del enclave militar.
Luego la actitud firme en el juicio donde se le condenó a 13 años de privación de libertad junto a sus compañeros moncadistas en el Reclusorio para Hombres de la entonces Isla de Pinos. En el encierro, bajo la conducción de Fidel, armaron una academia de preparación para las nuevas batallas. Son liberados el 15 de mayo de 1955, como consecuencia de una amnistía decretada por la tiranía de Batista ante la presión del pueblo. Siempre capaz, valiente y resuelto, marchó a México y luego formó parte de aquellos 82 expedicionarios del yate Granma que encabezó su hermano. Acuñaron otra digna página de nuestra historia al desembarcar en las costas cubanas y constituir en las indómitas montañas de la Sierra Maestra el embrión del futuro Ejército Rebelde. Es rememorarle el histórico diálogo en el reencuentro con Fidel en Cinco Palmas el 18 de diciembre de 1956 después de la dispersión en el combate de Alegría de Pío el día 5:
–¿Cuántos fusiles traes? –pregunta Fidel a Raúl.
–Cinco.
–¡Y dos que tengo yo, siete! ¡Ahora sí ganamos la guerra!
Era la enorme fe en la victoria. Luego vendría la formación de grandes unidades de combate.
Con los grados de comandante ganados en el fragor de las batallas, Fidel lo nombró jefe del Segundo Frente Oriental Frank País; tomó posición el 11 de marzo de 1958 en Piloto del Medio. Un territorio de más de 12 000 kilómetros cuadrados, espacio en el que creó una fuerte estructura militar, política y social, con la constitución y funcionamiento de más de 400 escuelas y 20 hospitales.
Enfrentó con valentía al enemigo; las tropas bajo su mando marcharon de victoria en victoria, hasta acometer la batida final a la tiranía junto al Primer Frente dirigido por Fidel hasta la entrada a Santiago de Cuba, y luego la victoria luminosa del 1° de Enero de 1959.
Es inolvidable la llegada a La Habana en la Caravana de la Libertad el 8 de enero, inmortalizada por Jesús Orta Ruiz en el poema Marcha Triunfante del ejército Rebelde: Ya entre los mambises del bravío Oriente / sobre un mar de pueblo, resplandece un astro, / ya vemos la cálida frente; el brazo pujante, / la dulce sonrisa de Castro. / Lo sigue radiante su hermano Raúl…


Mantuvo la misma ruta triunfante hasta nuestros días. Está también retratado en una canción como seguidor perenne de Fidel: Y nada te frenó a seguirnos dando lo mejor / te vimos Sancho navegando siempre junto a él / desafiando gigantes que molinos decían ser / que sepas bien que tu fidelidad nos inspiró…
Un comentario
Excelente artículo! No podía pasar por alto esta fecha donde felicitamos a Raúl. Le agradecemos a la vida que aún podemos contar con él! Salud querido eterno General de Ejército!