A pesar de sus discrepancias con Céspedes y Aguilera, entendió el daño que provocaban las divisiones a la lucha revolucionaria
Fotos. / Autor no identificado
A Donato del Mármol y Tamayo le han perseguido las polémicas hasta nuestros días, a 155 años de su deceso. Aún en la historiografía nacional se debate sobre la fecha y lugar de su nacimiento, aunque con el hallazgo de su partida bautismal parecía aclarada definitivamente la cuestión, las distintas fuentes se contradicen con el día de su deceso.
En eventos académicos todavía se discute sobre su supuesta responsabilidad en la caída de Bayamo como capital de la Revolución del 68, incendiada por sus habitantes para no dejarla en poder del enemigo. El autor de estas líneas atestigua una prolongada y áspera controversia sobre el tema entre especialistas de las guerras de independencia en un coloquio celebrado en la Ciudad Monumento.

¿Santiaguero o bayamés?
Durante mucho tiempo se aceptó que había nacido en Santiago de Cuba el 14 de febrero de 1839 y así lo consigna el Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba publicado por la Editorial Verde Olivo. El periodista e historiador Víctor Vega La O halló su partida bautismal en la Iglesia Parroquial de Bayamo y en ella se afirma que vino al mundo en la ciudad de San Salvador de Bayamo el 20 de noviembre de ese año, si bien se señala otro año, 1838, en un texto periodístico aparecido en el rotativo La Demajagua, de la autoría de otro acucioso investigador de la Ciudad Monumento Nelson Sánchez Arrufat.
Casi todos sus biógrafos coinciden en afirmar que su padre, el capitán desactivado Raimundo del Mármol y Valdés, era caraqueño, y su madre, Clotilde Tamayo y Cisneros, bayamesa. Ellos vivían, según documentos localizados, en la calle del Comercio, hoy Paseo General García N°15, entre Luz Vázquez y Maceo, en Bayamo; actualmente se ubica allí la Casa de la Cultura de esa localidad.
Aparte de Donato, este matrimonio tuvo a Teófila, María, Leonardo, Francisco Javier, Raimundo, Ricardo y Justo Juan. Leonardo obtuvo las estrellas de General de Brigada en el 68 y, según Sánchez Arrufat, su hermano Justo Juan también alcanzó ese grado. Francisco Javier y Raimundo fueron fusilados por los españoles y María murió en los campos insurrectos.
En 1841 la familia se mudó para Santiago de Cuba. El autor de estas líneas infiere que de ahí parte la confusión de las erróneas fecha y lugar de nacimiento, declaradas por algunos historiadores. En esta urbe cursó estudios en el Seminario de San Basilio Magno. Realizó viajes con 21 años a Santo Domingo, España y Francia.
Contrajo nupcias con María Guadalupe Milanés y Bazán el 19 de mayo de 1863, en Bayamo. Residieron en la hacienda Santa Teresa, en los límites de su ciudad natal y Jiguaní, a orillas del Cautillo. Tuvo con ella tres hijos: Clotilde, Siboney y Teresa. Solo la última sobrevivió a la guerra del 68, a pesar de enfermar gravemente en la manigua.
El jefe mambí
Desde 1867 ya Donato andaba en trajines conspirativos. Participó en las trascendentales reuniones en las localidades de San Miguel del Rompe (4 de agosto de 1868) y El Mijial (4 de octubre del mismo año), en este último lugar se fijó para mediados de octubre el levantamiento armado. Tras el alzamiento de Céspedes en el ingenio Demajagua, reunió a unos 100 hombres (dos días después ya eran 400) y tomó los poblados de Santa Rita, Jiguaní y Baire.
El Jefe de la Revolución lo nombró jefe de las fuerzas independentistas en Jiguaní y Santiago de Cuba, con el grado de mayor general. Tropas suyas, comandadas por Máximo Gómez, protagonizaron en Ventas de Pino de Baire la carga al machete que demostró al mambisado cuán útil podía ser como arma de guerra ese instrumento de trabajo.
Mármol Tamayo, al frente de sus fuerzas, tomó El Cobre y comenzó a asediar a los españoles acantonados en Santiago de Cuba. La idea del mambí bayamés era invadir a Guantánamo, donde podía golpear duramente a los peninsulares pues del Alto Oriente extraían riquezas para subvencionar la guerra. Pero recibió la orden de Céspedes de marchar a la zona del Cauto y cerrarle el paso a una poderosa columna española que se dirigía a reconquistar la ciudad de Bayamo.
Lamentablemente los peninsulares tenían una amplia superioridad en el poder de fuego, incluyendo artillería y fusiles de último modelo, aparte de una mayor experiencia combativa pues los cubanos eran neófitos en el arte militar. Lucharon heroicamente en condiciones desfavorables, mas tuvieron que replegarse. El general Donato del Mármol partió hacia Bayamo y trasmitió la infausta noticia. Los habitantes de la urbe optaron por incendiarla.
Mármol decidió volver a Jiguaní. Allí lanzó fuertes críticas a Céspedes y Francisco Vicente Aguilera por la manera de conducir la guerra. En el ingenio Caney, en las cercanías de Palma Soriano, estableció un mando único con la jerarquía de Dictador. Un grupo de patriotas, entre los que se hallaban Aguilera, Luis Marcano y Perucho Figueredo, apelaron a su patriotismo y a rectificar su actitud. Donato y sus seguidores entendieron que Cuba estaba ante todo, era mucho el daño provocado por las divisiones a la lucha revolucionaria y aceptaron la jefatura indiscutida de Céspedes. De esta reunión surgieron los acuerdos de formar una Junta Central Revolucionaria, un programa de gobierno republicano y declarar libres a todos los habitantes del país.
Formador de cuadros militares

Al reestructurarse el Ejército Libertador, después de la Asamblea de Guáimaro, Mármol Tamayo quedó como jefe de la primera brigada de la segunda división de Oriente. Asumió en junio de 1869 el cargo de jefe del Estado Mayor de Thomas Jordan y luego la jefatura del distrito Cuba, que abarcaba las jurisdicciones de Santiago, Jiguaní y Guantánamo. Bajo su mando se formaron y adquirieron experiencia combativa los hermanos Antonio y José Maceo, Paquito Borrero y muchos otros.
La invasión a Guantánamo se volvió una obsesión en los últimos días de su existencia. Estaba planificándola cuando, enfermo gravemente de viruela, se refugió en la finca San Felipe, en la jurisdicción de Santiago de Cuba. Allí una fiebre perniciosa, que le atacó el cerebro, logró lo que las balas españolas nunca pudieron hacer. Falleció el 26 de junio de 1870, según testigos presenciales; sin embargo, otras fuentes aseguran que fue el día 25 y su viuda declaró en una ocasión que acaeció el 22. Nunca se ha hallado su tumba.
Después de su muerte la invasión a Guantánamo fue llevada a cabo por sus subalternos, capitaneados por Máximo Gómez, su segundo al mando durante años. El éxito mambí, como pensaba Donato, significó un duro golpe militar y económico para el Estado español.
*Periodista y profesor universitario. Premio Nacional de Periodismo Histórico por la obra de la vida 2021.
Fuentes consultadas
Documentos localizados en el Museo Emilio Bacardí, de Santiago de Cuba, y la Casa de la Nacionalidad de Bayamo. El Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. El texto periodístico Donato del Mármol y Tamayo, de Nelson Sánchez Arrufat.
Un comentario
hay q hablar también de Calixto García q fue un pupilo de Donato y uno de los tres grandes generales de las guerras de independencia junto con Gómez y Maceo