Cuba e Irán están hermanados en su lucha contra sanciones y bloqueos. La visita del presidente Miguel Díaz-Canel a Teherán reafirma los fraternos lazos
En septiembre de 2016, dos meses antes de su deceso, Fidel recibió en su hogar al entonces presidente iraní, Hassan Rohani, con quien compartió puntos de vistas sobre política internacional. También dialogaron acerca de los muchos canales por donde la cooperación bilateral se hace cuerpo.
En ese encuentro, el Comandante en Jefe evocó sus viajes a la República de Irán, de la que dijo es un lugar fascinante, de grandes leyendas y grandes guerreros. Asimismo, razonó con el distinguido visitante sobre la importancia de la producción de alimentos en un mundo amenazado por el cambio climático, el crecimiento incesante de la población, los peligros que acechan a la preservación de la paz, y el papel de los gobiernos y pueblos ante esos desafíos, en particular de las jóvenes generaciones en las transformaciones políticas, económicas y sociales.
Ahora, en 2023, en un escenario planetario que no ha cambiado mucho, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, como parte de su periplo por Oriente Medio, visitó a Teherán, donde fue recibido por su homólogo Seyed Ebrahim Raisi. En este intercambio, el estadista caribeño dijo se profundizarían y ampliarían los vínculos bilaterales. En su cuenta personal X, señaló que “las esferas energética, agroalimentaria y de salud se identifican con gran potencial para fortalecer los nexos económicos, comerciales y de cooperación. En el encuentro, destacamos la necesidad del cese de las sanciones unilaterales políticamente motivadas, y coincidimos también en el apoyo inquebrantable a la causa palestina”. (1)
En el espíritu de esas coincidencias se firmaron varios instrumentos de cooperación, que refuerzan las relaciones en el área económica, de la salud y científico-técnica, entre otras. Según el sitio oficial de la Presidencia de Cuba, “el objetivo de los acuerdos es allanar un más sólido camino en la decisión de ambos partes de colocar las relaciones económicas y comerciales al mismo alto nivel que se caracterizan las políticas y diplomáticas”.
Se supo, además, que el primer documento fue un memorando de entendimiento entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) y la vicepresidencia para la Ciencia, la Tecnología y el Conocimiento basado en la Economía de Irán. Igualmente, se rubricó uno del mismo tipo en la esfera de la cooperación energética y minas. Otro, sobre cooperación agrícola, ganadera y pesquera, así como un plan de acción para la implementación de la cooperación en el campo de la salud y las ciencias médicas.
Aprovechando el sostenido ritmo de las relaciones bilaterales, Díaz-Canel sostuvo, en la sede del Parlamento, una plática con Mohammad Baqer Galibaf, presidente de la Asamblea Consultiva Islámica. Los interlocutores exaltaron “las profundas y sólidas relaciones políticas, diplomáticas, culturales que existen entre ambos países”, reportó Cubadebate. El jefe de Estado cubano le transmitió a Baqer Galibaf un saludo de Estaban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.
Un hito en la visita lo constituyó la conversación con el líder persa, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, quien alabó la posición de Cuba sobre la situación en Palestina y enfatizó la necesidad de la creación de una coalición entre los países que comparten una oposición común a las políticas de coerción de Occidente.
La Habana y Teherán están hermanadas; esta visita lo confirma. Comparten diversos escenarios multilaterales, entre los que sobresalen el Grupo de los 77 y China, y el Movimiento de Países No Alineados, desde donde se unen para proyectar acciones por la paz global y un nuevo orden internacional.
Irán es una república islámica del golfo Pérsico, con sitios históricos que datan del imperio persa, institución política que imperó allí durante siglos, desde el VI a.n.e. En 1979 el sha Pahlavi fue derrocado por una revolución popular y antimperialista. La gran belleza de las construcciones es ampliamente alabada. También, la reciedumbre de su gente resulta admirada, y Estados Unidos no le perdona su sentido de soberanía nacional.
