La población de Gaza está siendo masacrada. No todos en el mundo lo aceptan. Aquí, algunas de las imágenes que reafirman el apoyo que sigue suscitando la causa palestina

Es incierto que la solidaridad haya mermado luego de la acción militar de Hamas contra Israel. Los pueblos del mundo, en su sabiduría ancestral y por los siglos de explotación sufridos, han aprendido a distinguir las esencias de la lucha de sus contemporáneos en Palestina de las desinformaciones en la prensa occidental, que llegaron incluso a “confundir” al presidente estadounidense con macabras historias sobre las fuerzas islamitas.

Desde el fatídico 7 de octubre de 2023, he visto cómo ha ido cambiando la dinámica y percepción de los sucesos a tenor con la respuesta más que violenta dada del régimen sionista ante la Operación Diluvio de Al-Aqsa, de Hamas. Si en un primer momento hubo repudio -que todavía persiste, pues las vidas humanas, cualquiera estas sean, sí importan-, una buena parte de la comunidad internacional ha salido a las calles, a través de la gente sencilla y de los miles de inmigrantes árabes, por ejemplo, en la “culta” Europa. En estos días de desconcierto, rabia y dolor, una amiga boricua mostraba asombro porque en París el ayuntamiento sacó a la gendarmería para intimidar, e incluso utilizó gases lacrimógenos, a manifestantes pacíficos.

Demasiado tiempo de connivencia, de permisividad, bajo el argumento de que el Estado israelí tiene derecho a defenderse. ¿Dónde queda el colonialismo? En cambio, es momento de hacer valer la creación de Palestina como Estado independiente, autodeterminado y con seguridad. De lo contrario es previsible que, mientras dure la ocupación de Israel sobre Gaza, Cisjordania y Jerusalén, la resistencia armada persista. Y eso perpetuará la muerte.

Previamente al bombardeo contra Gaza, sus niños, que aprenden desde pequeños el significado de ser palestinos, participaron en un evento titulado “Nuestro derecho a vivir sin asedio”. Es hora. No les fallemos en sus sueños de paz y derecho a la vida.