En el centro urbano del municipio cabecera de Pinar del Río, se brindan diversos servicios al pueblo con un proyecto de desarrollo local, cuyas materias primas son el papel desechable y maderas que muchas industrias incineran
Los pequeños y sus padres llegan preguntando por los caballitos de papel maché. Es el producto más vendido. Quedan fuertes como para resistir el inquieto juego de un niño. Para elaborarlo solo necesitan pegamento, pintura y reunir pliegos cuyo destino iba a ser la basura.
El Proyecto de Desarrollo Local (PDL) ECOBLE recoge en sus siglas una intención inicial: crear muebles ecológicos, y aún mantiene esa idea, porque aprovecha en sus producciones desechos industriales y del hogar.
Intervienen en el mismo unos 30 trabajadores, entre ellos cuatro discapacitados. Están dirigidos por Francisco A. González Izquierdo, quien siempre tuvo el propósito de garantizar puestos para mujeres, personas con limitaciones físicas y débiles visuales. Estas últimas son las encargadas de conformar poco a poco los caballitos, aunque tienen otras misiones.
Una de las funciones principales del PDL es la restauración de mobiliario para las viviendas. Los clientes llevan enseres viejos a la céntrica calle Retiro número 18, entre Primero de Mayo y Gerardo Medina, en el centro urbano del municipio cabecera de Pinar del Río. Allí los reparan y quedan como nuevos.
Carpinteros con experiencia, como Carlos Raúl Orozco, a quien llaman Nikita, se encargan de adiestrar a jóvenes como Andy Lara Esquijarrosa. El trabajo es fuerte, pero lo más importante es complacer a los que llegan buscando apoyo para devolver la vida útil a enseres viejos.
Ganan un buen salario, equivalente a cerca del 25 por ciento de los ingresos. Unos reciben a final de mes alrededor de 8 000 pesos, otros hasta el doble, comentó el comercial del proyecto, René Valdés Concepción. Esto se corresponde con los resultados productivos y ganancias, índices en ascenso constante en los ocho años de funcionamiento.
También elaboran diversos artículos, utilizando como materias primas remanentes de procesos de grandes industrias. Ellos van a los sitios donde se encuentran, gestionan su transportación y convierten en muebles útiles, residuos cuyo destino normalmente es la incineración. Hablamos de catres, taburetes, juguetes, libreros, los cuales venden en el propio local, en ferias y en las Jornadas Pinareñas. Hasta Expocuba, en La Habana, han llevado los resultados de sus iniciativas.
“A veces hay quien puede quejarse de la falta de materiales, pero realmente existen desechos utilizables”, argumenta Francisco.
Pudimos comprobar que nunca les falta trabajo. Testigos de eso son el cúmulo de artículos en almacenes y la constante rutina laboral.
González Izquierdo, como líder al fin, dispone de poco tiempo. Él mismo sube hasta los camiones para buscar donde encuentre materiales descartados por otros, y sin embargo, con posibilidades de ser empleados en este taller. Nos explicó cómo en los contratos, concilian con la contraparte y el gobierno. Hacen ajustes teniendo en cuenta los presupuestos. El fin es que todos ganen.
Puso de ejemplo la elaboración de camas y mesas destinadas a familias vulnerables a precios módicos, sufragados por el Poder Popular.
Pensando en el futuro, vinculan a alumnos del Politécnico de la Construcción Pedro Téllez. Llegan al lugar a realizar prácticas y algunos logran motivarse y quedarse allí.
Tintorería para el pueblo
Algunos pueden pensar que cambio de “palo para rumba”, como decía uno de mis ancestros, pero igual le sucedió a este reportero. El local del proyecto ECOBLE hace esquina. Cuando llegas al final, te topas con una lavandería, creada por ellos en coordinación con la Empresa Municipal de Servicios.
La larga fila de maletines y bultos entregados temprano en la mañana por los clientes, delata la aceptación de esa actividad. Poco a poco sacan la ropa de los equipajes y la hacen pasar por máquinas de grandes proporciones, rescatadas gracias a las iniciativas de un joven innovador.
Ese tipo de labor la realizan tanto destinada a la población, como a uno de los hospitales provinciales, al Psiquiátrico Isidro de Armas, al Oncológico Tercer Congreso y al Hogar de Ancianos Doctor Carlos Castellanos. De igual forma lavan manteles de restaurantes y cafeterías de la gastronomía.
“Los primeros meses las jornadas eran agotadoras, explica González Izquierdo. Había mucha demanda y nos vimos obligados a crear otro turno laboral, porque terminábamos extenuados, a las 10 de la noche”.
En tiempos de ciclones, esos fenómenos naturales “adictos” a pasar por la geografía pinareña, ellos se encargan de la ropa de las brigadas de electricistas provenientes de otras provincias. Lo hacen gratuitamente. Es su aporte.
El detergente empleado es de producción nacional o importado, a partir de facilidades otorgadas a los nuevos actores de la economía.
Poco a poco han ido sumando otras acciones al ámbito productivo. Tal es el caso de la limpieza de salas, mantenimiento y acciones de higiene en centros de salud.
En las dos o tres visitas al PDL, nunca vimos a alguien cruzado de brazos: la económica revisa la disponibilidad de materiales en almacenes y le “da una mano” a una chica en la pequeña tienda, un carpintero bajito y algo grueso le da terminación a un escaparate…
En una de las salidas ubicaron plantas ornamentales junto a peceras. “Los clientes vienen por los muebles para las casas y a veces se motivan a ambientarlas con otros detalles”, comentó quien atiende esa área.
Según la joven Lester Columbié González, quien desde hace poco tiempo se desempeña como Directora de Desarrollo Municipal, del gobierno, “el propósito es incentivar la formación de otros PDL similares, con la mirada puesta en las demandas de la ciudadanía, diversidad de servicios y amplia participación en las necesidades sociales”,
Un especialista consultado perteneciente al Centro de Estudios de Dirección de Desarrollo Local, Turismo y Cooperativismo de Pinar del Río, calificó de vital y estratégico para el país, en las actuales condiciones de limitaciones de recursos, la potenciación de estos proyectos. Aseguró que ellos responden al modelo de actualización económico y social de la nación, además de formar parte de la descentralización de competencias del municipio.
En las visitas realizadas a ECOBLE, constatamos cómo con gastos mínimos del Estado, pueden solucionarse problemas y responder a demandas de la población, mediante la planificación, laboriosidad, iniciativa y gestión de cubanos emprendedores.
