Del mismo modo que Misleydi, miles de cubanas y cubanos se empeñan durante estos días en dejar expedito el camino a un desfile que volverá a desbordar cauces rumbo a las plazas

“El sol está duro, pero nosotras somos más fuertes que él” –me dice sin detener el movimiento de la brocha sobre el muro que pinta, sin renunciar a esa sonrisa que hace más sublime todo semblante de mujer.

Se llama Misleydi Sánchez y es especialista en gestión económica en la empresa provincial de aseguramiento a los servicios de la Educación, en Ciego de Ávila.

¿Y por qué, entonces, esta labor, aquí?

“Muy sencillo: para poner bien bonito este lugar por donde va a desfilar Ciego de Ávila entero el día 1⁰ de mayo.

“Ya hemos pintado un grupo de áreas e instalaciones; seguidamente lo haremos en viviendas aledañas a la calle Máximo Gómez. Por cierto, ya les avisamos a los vecinos para que estén preparados. Cerraremos con la Plaza, para dejarla más bella todavía”.

Junto a Misleydi contribuyen a embellecer el entorno la pintora de la Construcción Mayli Jiménez y Daniuska Silva, secretaria del Buró Sindical de la empresa.

A pocos metros, Osmany Costa Reyes, director, observa y sonríe en silencio. La expresión de su rostro no deja lugar a duda alguna: se siente orgulloso. Misleydi es uno de los siete delegados directos que tiene el Sindicato de Trabajadores de la Administración Pública en Cuba al congreso obrero.

Esa misma cantidad de credenciales directas tiene, en general, la provincia de Ciego de Ávila y ella es una.

Lo más probable es que ninguna de las personas que transitan por la calle imagine que esa sencilla mujer, entregada brocha en mano a la ardua labor de pintar muros, paredes e instalaciones, bajo un sol que abrasa todo cuanto halla, estará sentada en el Palacio de las Convenciones, lista para transmitir experiencias, ofrecer información o solicitarla y representar a los mismos trabajadores y al pueblo, que este 1⁰ de mayo desbordará otra vez el cauce de las arterias que conducen a la plaza avileña.