Tras el paso del huracán Rafael, los trabajadores de la Empresa de Construcciones de la Industria Eléctrica, en el Occidente, iniciaron la recuperación. En 16 días sincronizaron al Sistema Electroenergético Nacional la línea de alta tensión. Declaraciones del ingeniero, Leonel Ruiz Carrión, director general de la ECIE
Lo primero que dijo el ingeniero Leonel Ruiz Carrión, director general de la Empresa Constructora de la Industria Eléctrica (ECIE), fue: “a pesar de que siempre hemos sido una entidad que construye, hoy se atiende la red fundamental de 220 kV en el país”. Estaban ultimando los detalles antes de comenzar a calentar las líneas para la alta tensión volviera a Pinar del Río y Artemisa.
De una estatura imponente y su piel color de ébano, se distingue por el dominio de la actividad que dirige y la relación con los subordinados. En el intercambio con BOHEMIA eligió una pequeña caseta de camión, que en las condiciones de campaña, resulta una oficina para muchas funciones.
Sin mucho preámbulo, por los apremios del tiempo, comentó: “Tras el paso el huracán, los celadores –un grupo de trabajadores que se dedican a recorrer las áreas, para detectar el estado de las torres e impedir acciones vandálicas– comenzaron a hacer el levantamiento; ellos, los técnicos y las brigadas de acá del Occidente, certificaron todas las líneas.
“Las seis torres del kilómetro 32, en el cruce, son tangentes –están en línea recta–; tres de ellas son más altas que las normales. Enseguida se iniciaron los trámites para su sustitución, lo mismo que el conductordel tramo inmediato, que también se dañó”.
–¿Disponían de los recursos indispensables?
–Sí, nos asignaron los recursos indispensables para reponerlas, no obstante la compleja situación por la que atraviesa nuestra economía. Empezamos por traer todos los recursos para ensamblarlas en el lugar. Movimos soldadores, otras fuerzas y el equipamiento de la UEB de Occidente, debido a que gran parte de las brigadas estaban en Holguín, trabajando en la sustitución del cable protector del sistema de la central termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, de Felton.
“Cuando tuvimos aquí al personal y la técnica montamos un puesto de mando en el que pusimos todo: taller móvil para la reparación de transporte; también técnicos energéticos…, pusimos el ciento por ciento de los recursos necesarios para los trabajos. A las tres torres más bajas –37, 38 y 39– tuvimos que adicionarles cinco metros para ganar en altura. Eso se hizo en los talleres de producciones metálicas de la empresa donde contamos con personal diestro para ello”.
–A la par de esta, les asignaron otras labores, ¿cuáles?
–Ah, sí. Cuando empezamos aquí, otra misión que nos dieron fue recuperar las líneas de 110 kV para calentarlay darles servicio a Artemisa y a Pinar del Río; es algo que, normalmente, atiende las Empresas Eléctricas en cada territorio; en realidad estaban muy ocupadas con la recuperación. “Hicimos todos los enlaces de 110 kV, les dimos servicio a subestaciones de Guanajay, Pinar, lo que permitió el gradual restablecimiento de la electricidad.
–¿Cómo organizaron la restitución de las torres?
–Ensamblábamos in situ, por secciones. Izábamos la primera parte, desde la base hasta un nivel determinado, y después se empalmaban las otras partes: los aviones, donde van los aisladores de fase y los aviones del cable conductor. Estas torres tienen la peculiaridad de ser de doble cara, con un circuito de 110 kV por una cara, y uno de 220 kV, por la otra.
“Para poder emplazar grúas y otros equipos tuvimos que hacer un significativo movimiento de tierra, para lo cual contamos con la colaboración de la Unión de Construcciones Militares (UCM). Ellos ejecutaron todo ese movimiento, los accesos, las explanadas, las trochas, el destroce…, un destacado aporte, para que pudiéramos desempeñarnos mejor.
“Inicialmente, se calculó el ensamblaje de las torres en tres días por cada una; lo hicimos realmente en dos. Para poder adelantar, debimos organizarnos muy bien y garantizar que las fuerzas estuvieran donde era necesario y realizaran la tarea de manera eficaz. Ha sido enorme el esfuerzo y un chequeo permanente de los resultados de cada jornada, teniendo como primordial la atención a los trabajadores: la alimentación, el agua fría y otros elementos favorables a su bienestar, en medio del rigor de las jornadas de 12 horas y más.
“Una vez izada la torre 39 comenzamos a tirar las cables, y cuando se levantó la última solo faltaba colocar los cables y empezar con los aisladores y el circuito de 220 kV, porque el de 110 ya lo habíamos adelantado.
“Para toda la tarea asignada contamos con 261 trabajadores, con toda la organización requerida y el estricto control de los aseguramiento. A esta empresa le corresponden siempre labores de mucha envergadura, si no estamos organizados, no se cumplen los objetivos”.
–¿Satisfecho con lo hecho por su gente?
–El personal de la ECIE es extraordinario; por su dedicación, y sacrificio. Cuando están en condiciones de contingencia, ninguno permanece atento al reloj, sino a la terminación de la obra. Para lograr un trabajo de esta magnitud, lo primero es la disciplina, la cohesión entre las fuerzas participantes; un alto nivel de organización y atención al hombre, es esencial. En matutinos semanales se reconoce a los trabajadores que han cumplido años durante el período de recuperación. Y para estimular esta actitud, habrá tratamiento diferenciado con el salario, porque lo merecen.
Un comentario
Estos trabajos ayudan a conocer el sacrificio de estos trabajadores de la Empresa Eléctrica: aunque no aparezcan palabras como riesgo, calor, sudor, agotamiento, tensión; o frases como sol del mediodía, lejanía del hogar y la familia, cansancio postural; los veo, los he podido ver en esta lectura y me han conmovido.