El Caribe, las Antillas, inspiraron poemas donde afloran elementos religiosos y musicales de raíz africana, personajes populares, la vida cotidiana de los cubanos más pobres
Este texto forma parte del dosier Carpentier en su 120 aniversario
Aunque el propio Alejo Carpentier declaró que no se consideraba un poeta, además de las inevitables rimas juveniles con tema amoroso –no faltan en los adolescentes con inquietudes literarias–, escribió textos líricos que entregó a diversas revistas, como Orto, de Manzanillo, o conservó inéditos.
Analay Medero Álvarez, especialista de la Fundación dedicada a este intelectual cubano y universal, ha examinado su creación poética y hallado, entre otras, composiciones donde emergen referencias al Caribe, nacidas a finales de los años 20. Son “los llamados cinco poemas afrocubanos y los nueve Poemas de las Antillas”.
Precisa la estudiosa, en un artículo de 2018 incluido en Revolución y Cultura, que el mencionado quinteto está conformado por los títulos Liturgia, Canción –acogidos en la publicación parisina Génesis (julio de 1928) y en las cubanas Revista de Avance (1930)y Aventura de Mal Tiempo (1932, Santiago de Cuba)–, Blue (Diario de la Marina, agosto de 1928), Mari-Sabel y Juego santo.
A lo largo de sus líneas afloran las ceremonias de iniciación abakuá, el personaje de Papá Montero, la vida cotidiana en una casa de vecindad, el ritmo de una comparsa.
Los dos últimos textos, musicalizados por Alejandro García Caturla, “se dieron a conocer en París en 1929 […]; en Cuba se presentaron […] en octubre de 1930, también interpretados por Lydia de Rivera, esta vez acompañada al piano por Ernesto Lecuona”.
Ambos artistas añadieron igualmente a su repertorio los Poemas de las Antillas, a los cuales Marius-François Gaillard les había puesto música el año anterior y difundido en dos recitales ofrecidos en la capital francesa. Ejemplo de las obras que integran el conjunto son Ekorifó, Fiesta, United Press.Octubre, y Llanto.
En una misiva a su madre el entonces joven escritor le comentó que “en esos poemas [ha] tratado de resumir todo el ambiente de las Antillas en general y no de Cuba en particular”.
Medero Álvarez concluye: “la cultura afrocubana y afrocaribeña constituye un elemento clave en la representación carpenteriana del Caribe y su obra poética contribuyó a visibilizarlas a nivel internacional […] la poesía de Carpentier es una zona apenas explorada que merece más atención”.



Publicados por la editorial holguinera Cuadernos Papiro, en 2014. / downtownbrown.com
Les proponemos a los lectores de BOHEMIA dos de esas creaciones:
LITURGIA (fragmento)
La Potencia rompió, / iYamba-O! / Retumban las tumbas / en casa de Acué. / El juego firmó / ¡Yamba-O! / con yeso amarillo / en el Cuarto Fambá.
El gallo murió, / ¡Yamba-O! / volaron las plumas / al son del ecón.
¡Aé, aé! / Salió el diablito: / cangrejo de Regla / saltando de lao / –aé, aé…–, / en su gorro miran / ojos de cartón.
Brujo de Senegal. / Tabú y carnaval. / ¡Cencerros de latón, / de paja la barba, / de santo el bastón. / ¡Tiembla, congo, / dale candela! / Chivo lo rompe, / chivo pagó.
Endoko endiminoko, / efimere bongó, / enkiko baragofia / ¡Yamba-0!
CANCIÓN
Eclipsa la ciudad, Domnisol de Negroluto; / Regaliz que riega regalía; / María que te vio endomingado. / Con cáliz congo te sabe bautizado.
Al alba batahola / de bata y ola, / bata-cola de percal, / blanca de cal, / con encaje de nata.
¡Calicanto! / ¡Cal y canto! / Cálido canto, / del diablo santo.
Para funeral, / contrabajo, cornetín, tambora, / tambor de mora, / en casa de Pastora / la de Atarés.
¡Al monte mi bayo! / Al monte manigüero, / donde montuno, como sol curandero, / hizo del gallo plumero / el chévere congo / Papá Montero.
Un comentario
Excelente trabajo, sra. Tania Chappi. Es lo menos que se merece nuestro gran Alejo Carpentier, al que leo y sigo leyendo con asiduidad.