Es un reto lograr una adecuada atención a los productores agropecuarios, conocer cuáles son los obstáculos capaces de frenar su desarrollo, buscar soluciones ágiles y permanentes en pos de alcanzar mayores entregas de viandas, hortalizas, carnes, leche, huevos y otros renglones. Elevar el control y enfrentamiento a ilegalidades
Para hablar del trabajo en la tierra y conocer las causas que limitan la producción de alimentos, hay que estar a pie de surco. Así lo demostraron en la Comisión Agroalimentaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) los diputados Yordany Ondario Álvarez, de Bahía Honda, Artemisa, y los de la provincia de Granma, Alexis Silvera Urquiza y Linne Martínez Sánchez, en intercambio con el miembro del Buró Político del Partido y vicepresidente de la República Salvador Valdés Mesa, y las máximas autoridades del Ministerio de la Agricultura (MINAGRI) y la Asociación Nacional de Agricultores pequeños (ANAP), entre otros organismos.
Representan a sus iguales del campo en el Parlamento, saben de los secretos de la tierra y los avatares de quienes están dedicados a sacarle frutos.
De esos asuntos se debatió en la Comisión Agroalimentaria, como también de otras 90 temáticas de interés económico, social y jurídico.
La dirección del país definió el carácter estratégico de estas problemáticas e indicó revisar el cumplimiento de las recomendaciones realizadas por la más alta fiscalización de la ANPP al MINAGRI.
Los diálogos de esta semana en las comisiones y luego en el plenario del Tercer Período Ordinario de Sesiones en su Décima Legislatura, enriquecieron esos análisis y aprobaron acuerdos dirigidos a resolver problemas, como los incumplimientos en las entregas al Estado de viandas, hortalizas, granos, carnes, leche, y los elevados precios de esos renglones en los mercados.
Cuando los diputados intercambiaban, era imposible dejar de pensar en un amigo, joven campesino, de los que sobrecumplen los aportes y es considerado un productor de avanzada.
Las últimas semanas ha tratado de retirar dinero de su cuenta bancaria en un municipio del centro de Cuba y le ha sido imposible lograrlo: ¿cómo les paga a sus jornaleros?, ¿de qué forma adquiere los insumos?
El campesino es constante en su labor, sacrificado, se repone a los duros golpes de la vida, como lo hacen Selustiano Rodríguez Baullesa y su esposa Damarys Puentes Echevarría, quienes tienen un patio de referencia municipal en el Camino Guamá, de Pinar del Río.
Cosechan frutales, viandas, plantas de medicina tradicional; lo que pocos saben es que lo perdieron todo, incluida su propia casa hace dos años, cuando un ciclón arrasó con sus bienes, incluidas 72 palmas reales, las cuales daban nombre a la Finca El Palmar.
Poco a poco, bloque a bloque, se reponen, aunque les duela pagar precios exagerados por un saco de cemento, incluso casi imposible de obtener en el mercado formal y que por decoro son incapaces de acudir a los disponibles en el informal, el ilegal. Hay personas dignas, y cuando atraviesan por avatares como estos, duele, duele mucho.
Sobre esos temas debatieron los diputados en la ANPP, mas analicemos a qué se refirió Salvador Valdés Mesa, quien la mayor parte de su tiempo recorre cooperativas, empresas agropecuarias, conversa y orienta a quienes tienen la misión de obtener comida para el pueblo.
Dijo que el Comité Ejecutivo cada semana y el Consejo de ministros, mensualmente, analizan estos asuntos y están aplicando medidas para resolver los problemas. Algunos tendrán solución en corto tiempo, con otros no será tan sencillo.
Definió como el principal de los escollos a solucionar, lograr una adecuada atención a los productores, tal y como lo constató la fiscalización realizada al MINAGRI.
Como parte de esa estrategia, es elemental elevar el control para erradicar indisciplinas, malos hábitos, conductas inadecuadas, precisó, porque hay desorden en el campo y hay que poner orden. Expresó la importancia de que las cooperativas, y quienes tienen la responsabilidad de entregar vegetales, granos, leche y carne, participen en los procesos de contratación, con personalidad jurídica, misiones y funciones.
Preguntó el vicepresidente: ¿quién conoce mejor a quienes están en el surco que los líderes de su base productiva donde están organizados los propietarios?
Recordó los malos hábitos creados, porque pasaron años, sin que muchas de esas personas responsabilizadas directamente con las labores agropecuarias intervinieran en las contrataciones.
Explicó que ahora el país acomete un programa de chequeo dirigido al control de la tenencia y uso del suelo, misión definida como compleja y esencial, que deberá concluir en el primer trimestre del 2025, con la participación de varias instituciones.
Junto a eso desarrollan igual revisión de la masa ganadera.
Valdés Mesa aseguró que un alto porcentaje de quienes tienen ganado cometen indisciplinas. Algo similar sucede con los dueños de las tierras.
Subrayó que los momentos complejos, de crisis, pueden dar pie al surgimiento de conductas inadecuadas, las cuales hacen daño al pueblo, como son los hechos vandálicos.
Hay problemas en el campo, delitos contra el ganado o bienes de los productores; instó a ser más activos, enfrentar tales hechos, actitudes negativas, evaluadas como impropias del sistema social cubano.
Acotó que hay lugares consideramos como paradigmas positivos. Tal es el caso de Tabón, en el poblado de Sibanicú, provincia de Camagüey, donde ha compartido con los campesinos y obreros agrícolas.
Aseguró: “Todos estamos afectados por las limitaciones, faltan insumos de toda naturaleza, el combustible es insuficiente; sin embargo, en las bases productivas de esa región se superan esas dificultades, garantizan la caña o el tabaco, sus renglones principales, obtienen alimentos suficientes para los pobladores de los consejos populares; proteína animal, huevos, leche y viandas. Además aportan a la cabecera provincial”.
Eso demuestra que es posible hacer bien las cosas, apuntó y reconoció la inexistencia de delitos en los lugares en los que existen esos resultados favorables.
En esa línea de razonamiento hay un asunto principal a resolver –dijo- y es la necesidad de separar las misiones estatales de las empresariales. Las misiones de los ministerios, delegaciones provinciales de la agricultura y de las municipales, cuya función es estatal.
Ello es necesario para evitar esas ilegalidades con el uso y tenencia de la tierra y el ganado y para controlar políticas como la sanidad vegetal, animal, los fondos genéticos.
Para dar esos pasos existe respaldo legal. Hay leyes, decretos, decretos, resoluciones.
Reiteró la importancia de fortalecer el control, poner orden disciplina y enfrentar las negligencias, como convocó en el 2013 el General de Ejército Raúl Castro Ruz.
Abogó por acelerar la creación de sistemas productivos en los municipios. “Deben tenerlos, lograr soberanía alimentaria y avanzar en la estrategia de desarrollo local”. Por eso ahora se subordinan las empresas agrícolas, como lo harán las de la construcción, industria alimentaria y otras, a las autoridades municipales del Poder Popular.
“La base fundamental de la mayoría de las localidades es la agricultura, todo el mundo no tiene playas, turismo, minería, comercio, pero sí todos tienen suficiente tierra donde trabajar”, aseguró Mesa.
Calificó ese paso como importante. Ya lo hicieron 110 empresas, más del 30 por ciento de las existentes. Consideró el riesgo de esa estrategia, acerca de la cual, las máximas autoridades del país alertaron a los ministerios y grupos empresariales, porque sería negativo hacer el traspaso mientras existan deudas, falta de capital de trabajo o pocos recursos.
Luego de reconocer los sobrecumplimientos de siembra de la actual etapa de primavera, criticó la existencia de muchas personas sin trabajar, las cuales se ven deambulando a todas horas en cualquier lugar.
Recordó que el Estado debe proteger a los más vulnerables e informó que se ha hecho un levantamiento a nivel comunitario sobre los jóvenes sin vínculos laboral o estudiantil, u otros dedicados al trabajo informal, ajenos a la política oficial de empleo. Ellos no contribuyen a la seguridad social; por tanto, estarán sin derecho a la jubilación y luego el país se verá en la necesidad de acogerlos mediante la asistencia social.
Valdés Mesa llamó a enfrentar todos esos fenómenos y planteó la seguridad de que se logrará.
Al oír los debates, a cualquiera le queda el alivio de que los problemas se conocen; no obstante, está pendiente la urgencia de atender mejor a quienes sólo piden los mínimos recursos y facilidades para lograr hacer parir la tierra, como demanda el pueblo.
