Los palestinos adoptan muchas formas de resistencia frente al genocidio israelí. Como pocos, Fidel lo tenía claro. A pesar de las mentiras, sirvan estas líneas para ensalzar la creatividad humana

Palestina es un dolor punzante. Es un creciente desconcierto ante la manipulación de cómo son tratadas las víctimas, convertidas a conveniencia en victimarias. Palestina es una herida sin cerrar en la hipócrita moralidad del sionismo. Es igualmente espeluznante constatar que el mal prima allí donde corre mucho dinero, donde los “grandes” de este mundo.

Paradójicamente, Palestina es, aun con los muchos momentos de horror, un triunfo. Una constatación fehaciente de que el vocablo rendirse no habita el palpitar de los justos. Palestina, a pesar de Israel, cegado de colonialismo, es belleza. Palestina será porque resiste.

Durante muchos años ha buscado cómo vivir. Y en ese cauce de resistencia se inscribe también la creación artística y -en ella- la poesía es un elemento distintivo.

“(…) Aquí estaremos con corazón de hielo

candente infierno en nervio y alma

sacamos agua de la roca para calmar la sed

y despistamos la hambruna con el polvo.

Pero no nos iremos.

Aquí derramaremos la queridísima sangre,

aquí tenemos un pasado, un futuro,

aquí somos los inconquistables,

así que golpea profundo, golpea profundo

sobre mis raíces (…)”.

Al leer este poema de Tawfiq Zayad (1922-1994), “Lo imposible”, uno asiste, por medio de la métrica, a la develación de la piedra angular de lo que es ser de Palestina. Mas, no solo Zayad; muchos otros, entre la épica y el testimonio, le han transmitido a la gente el significado enorme de su estoicismo. De momento, buena parte de la comunidad mundial sigue sorda y ciega ante demasiados episodios criminales del Ejército y los colonos israelíes.

No obstante, los artistas palestinos crean, que es lo mismo que decir enfrentar al enemigo por otros medios. De ese parecer es el historiador israelí Ilan Pappe, director del Centro Europeo de Estudios Palestinos en la Universidad de Exeter, Inglaterra. En el interesante ensayo “Un vistazo a la Poesía Palestina”, publicado en palestinalibre.org, se lee la siguiente aseveración del estudioso: “El servicio secreto israelí se ve impotente para decidir si debe clasificar este fenómeno (la poesía) como un acto subversivo o como un acontecimiento cultural”. En su opinión, “la poesía es el único medio en que los acontecimientos diarios relacionados con el amor y el odio, el nacimiento y la muerte, el matrimonio y la familia, se pueden vincular con cuestiones políticas, como la confiscación de tierras y la opresión del Estado, y airearlas en púbico en festivales especiales, como el que se celebraba periódicamente en Kafr Yassif, en Galilea”. (1)

Mentira atroz

Tratando de restarle simpatías a Hamas, en su Operación militar contra Israel de este 7 de octubre de 2023, la maquinaria mediática, aliada del sionismo, difundió la mentira de que esa agrupación islamista de resistencia había decapitado a 40 niños judíos, como si hubieran sido émulos de Herodes. Al poco tiempo se desmintió la afirmación, sostenida incluso por el presidente yanqui, John Biden. Sin embargo, el daño estaba hecho y el bulo sigue rodando de red social en red social.

La resistencia armada pudiera ser cuestionada cuando en el medio están los civiles indefensos. Las tácticas empleadas no necesariamente acompañan la valía de la estrategia; sin embargo, nada justifica el genocidio y exactamente eso es lo que hace Israel cada vez que Hamas ataca. La población de Gaza es presa de ese terror desde hace 15 años. A raíz de una nueva incursión aérea, los gazatíes lloran, aunque también optan por el martirologio.

Una nunca está preparada para las asimetrías, se piensa que el buen sentido y un mínimo de humanidad van a imperar. Israel nos tiene acostumbrados a lo contrario. Y no es ahora que Hamas realizó este operativo más allá de la franja costera. Auxiliada de Internet, una recuerda, por ejemplo, que entre el 27 de diciembre de 2008 y el 18 de enero de 2009 Tel Aviv protagonizó contra los palestinos su Operación “Plomo Fundido”, una ofensiva militar desde aire, tierra y mar, ​ antecedida por una campaña de bombardeos aéreos contra Gaza.

O que en noviembre de 2012 llevó a cabo la Operación “Pilar defensivo”. El pasado año, el 5 de agosto, la aviación israelí volvió a bombardear Gaza, con la consiguiente muerte de inocentes. Entre ellos, niños, muchos niños. ¡Qué se puede esperar del régimen sionista si en su momento la primera ministra israelí Golda Meir dijo que el mejor niño palestino era un niño muerto! Le temen al futuro. Ante tanto exterminio, de nuevo la poesía, esta vez con Najwan Darwish (1978), el autor palestino vivo más internacionalmente reconocido, en “Elegía de un niño dormido”:

(…)”  El campo está despierto alrededor de ti

y alguien como yo sólo piensa en tu largo adormecimiento en tus pinturas de aceite

en la mano del pintor que te cubre con una capa de aire oscuro, como un niño asesinado”. (2)

Fidel lo tenía claro

Quisiera pensar que en la Cisjordania ocupada, en Jerusalén y en Gaza nazca el verso con tanta vehemencia como la decisión de la familia palestina de traer hijos a una realidad para nada amiga, como táctica de perpetuación patriótica, Palestina estará salvada. Mas es esto apenas un desahogo, porque Israel goza de impunidad y del respaldo incondicional de Estados Unidos y la Unión Europea. Es entonces preciso que se diga alto y claro un ¡Basta ya!

En 1979, durante la XXXIV Asamblea de la ONU, Fidel Castro se solidarizó con la causa palestina y llamó las cosas por su nombre, como era habitual en él: “ (…) No puedo recordar nada más parecido en nuestra historia contemporánea que el desalojo, persecución y genocidio que hoy realiza el imperialismo y el sionismo contra el pueblo palestino, despojado de su tierra, expulsado de su propia patria: dispersados por el mundo, perseguidos y asesinados, los heroicos palestinos constituyen un ejemplo impresionante de abnegación y patriotismo, y son el símbolo vivo del crimen más grande de nuestra época”.

Epílogo

La matanza israelí continúa, inminente la entrada terrestre en Gaza. No es una guerra; es una carnicería. Son 75 años de una larga espera activa en sus muchas formas de enfrentamiento. La poesía puede tener el mismo alcance de un fusil. Su fuerza en cambio es más permanente: una bala mata, un verso fija principios. Pero dejemos que sea el bardo palestino quien lo demuestre.

Del contemporáneo poeta-médico Yasser Jamil Fayad, “Mi verbo es luchar”:

 “Correr

Bailar

Llorar

Abrazar

Amar

Sufrir

Ayudar

Gritar

En la vida

Caben muchos y muchos verbos.

Yo

Soy

Simplemente

palestino –

¡Mi verbo es luchar!”