La nación encara históricas elecciones municipales, la número 33 en 26 años, mientras celebra el retorno de migrantes torturados por Bukele
Venezuela vive una semana clave en el fortalecimiento de su democracia participativa y protagónica, con la celebración de las elecciones municipales previstas para el domingo 27 de julio, un proceso histórico donde se elegirá a 335 alcaldes y 2 471 concejales en todo el país.
Este acontecimiento electoral, el número 33 en los últimos 26 años, es un claro reflejo de una sólida dinámica democrática, acompañada además por una innovadora Consulta Popular Nacional dirigida a la juventud, que votará sobre 37 000 proyectos de interés comunitario.
El jefe del Comando Unificado de la Revolución Bolivariana, Jorge Rodríguez, destacó la cercanía entre los candidatos del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (Gppsb) y las comunidades. Durante la campaña, iniciada el 11 de julio, visitaron hogares y escucharon las demandas populares.
Tal esfuerzo, señaló Rodríguez, representa una garantía de compromiso y victoria frente a las sanciones económicas y adversidades impulsadas desde el exterior.
Por su parte, el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, enfatizó el alto nivel de organización, que permitirá desarrollar simultáneamente ambos procesos democráticos con transparencia y eficiencia.
Con 21 millones 524 mil 126 electores convocados y más de 15 000 centros de votación habilitados, Venezuela vuelve a demostrar su fortaleza institucional y compromiso democrático, heredado del comandante Hugo Chávez y sostenido por el presidente Nicolás Maduro.
En paralelo, el país celebra una significativa victoria política y humanitaria tras la liberación de 252 migrantes retenidos ilegalmente en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador.
Esta liberación, lograda gracias a negociaciones directas entre Caracas y Washington, pone en evidencia la firme determinación y hábil diplomacia de Caracas, dejando al descubierto la cuestionable actuación del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, considerado por las autoridades bolivarianas un títere manejado desde Estados Unidos.
La Fiscalía venezolana, encabezada por Tarek William Saab, decidió abrir una investigación penal contra Bukele y altos funcionarios de su gobierno por graves violaciones de los derechos humanos de ciudadanos venezolanos. Según testimonios de las víctimas, sufrieron torturas, abusos sexuales, privación ilegítima de libertad y otros tratos inhumanos ordenados directamente por la administración Bukele, acciones calificadas como delitos de lesa humanidad.
En este contexto, el ministro venezolano del Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, denunció el intento desesperado del mandatario centroamericano por sabotear las negociaciones que condujeron al retorno de los migrantes, al intentar bloquear el despegue del avión que los transportaba. Cabello subrayó que la liberación se logró “a pesar de Bukele”, dejando claro que El Salvador no tuvo ningún mérito en esta acción humanitaria.
El presidente Nicolás Maduro celebró esta victoria como un verdadero “milagro”, logrado gracias al esfuerzo y la unidad del pueblo venezolano, así como la firmeza en la defensa de la soberanía nacional.
Maduro destacó la labor diplomática encabezada por Jorge Rodríguez, quien articuló las negociaciones con Estados Unidos y permitió que este grupo de compatriotas regresara a su país tras padecer crueles condiciones en cárceles salvadoreñas.
La figura de Nayib Bukele queda así relegada, desenmascarado como instrumento al servicio de intereses externos y señalado internacionalmente por prácticas autoritarias y violatorias del derecho internacional.
Mientras tanto, Venezuela avanza consolidando su democracia y defendiendo los derechos y dignidad de sus ciudadanos.
